-Pues... No tengo un gran apellido, mi familia no es dueña de una gran empresa, mi padre... Bueno, sabes quién es mi padre y... Ni siquiera he terminado mis estudios, no tengo un empleo...-Basta... Sofía, tu apellido es grande, la familia de tu padre es dueña de un gran conglomerado, tal vez tu padre sea un hombre peligroso, pero... Es un hombre muy importante a nivel internacional, eso no lo dudes, con respecto a tus estudios; aún los estás continuando, no hay nada de malo en eso y cuando termines seguro tendrás un buen empleo, que no necesitas, pero que lo obtendrás con tus habilidades y tus propios méritos, así que deja de decir que no estás a mi altura, porque incluso si no tuvieras ninguna de esas cosas, seguirías estando muy por encima de mí. Eres perfecta como eres Sofía, tu corazón es puro, eres bondadosa y amable, eso es suficiente. Además yo ahora soy un hombre sin empleo, eso baja aún más mi estatus. ¿No crees?Sofía frunció el ceño.-Sobre eso... ¿Haz intentado conseguir

Michael no podía creer lo que escuchaba, así que tuvo que repetir la pregunta.-¿Qué? Pero... ¿De qué estás hablando Nana? Esta propiedad es mía, mi padre no puede hacer eso.Frunció el ceño molesto y desencajado.-¿Qué demonios está planeando? ¿Asustarme? ¿Asustar a Sofía? ¿A mis empleados?-Es muy probable niño, sin embargo, no me quedé con las manos cruzadas, en cuánto dijo que debíamos desalojar la propiedad le informé que usted no se encontraba y no podía darse por enterado si no se encontraba en casa, así que mientras él y yo discutimos si nos marchábamos o no de la propiedad, di la orden a uno de los empleados para que llamara al niño Nathan.Cuando el llegó el rostro arrogante de su padre cambió, aunque lo aborrece, se nota que siente recelo por lo que sucedió antes, no se atrevió a atacarlo físicamente, hablaron por unos minutos y aunque su padre gritó que los haría comer lodo y suplicar, el niño Nathan no cedió ni se acobardó. En fin...Después de que su padre se marchara el

-¡Maldición!Michael se frotó las sienes. Su padre estaba jugando sucio, muy sucio con tal de dejarlo sin opciones.-¿Qué piensas hacer?-Irme. Si eso es lo que quiere, es lo que haré, pero no voy a ceder.-¿Cuando comenzarás la mudanza?-El fin de semana nos iremos, mientras Sofía está en la universidad comenzaré con la mudanza y el sábado ya no tendremos más que nuestros objetos personales aquí. Así no se estresará por esto.-Me parece una buena idea, te enviaré a la gente adecuada para que te ayude con la mudanza si estás de acuerdo.-Claro... Te lo agradezco hermano.-¡Oye! Me vas a hacer llorar si me llamas hermano.-¡Ja ja ja! Es lo que eres tonto.-Volviendo al tema. ¿Qué harás con los empleados?-Los liquidaré, no puedo seguir teniéndolos trabajando para mí por ahora.-Pero... Si es por el dinero.-No es eso. Tengo un fondo disponible para pagarles, Erin y yo estábamos preparados para eso, no obstante, creo que mi padre podría meterse con ellos para afectarme y no estoy dispue

Y así fue, Michael se corrió en el interior de Sofía quien no tardó en hacer lo mismo tras sentir todo su interior ser irrigado con el semen de su amado. -¡Wow! ¡Oh! ¡Mierda! ¡Mmm! ¡Michael! ¡Aaaah! ¡Aaah! ¡Aaaah! ¡Si!Después de que ambos se corrieran Sofía se levantó provocando que Michael se saliera de nuevo de ella, de nuevo gimió con dolor, ella tomó aire unos segundos y luego se giró dándole la espalda, acomodó muy bien sus piernas y rodillas en el colchón y sin decir más se clavó en el miembro de su esposo pero esta vez dándole la espalda.La vista era perfecta, la espalda, sus glúteos redondeados, las esbelta y bien delineada figura de Sofía que hacía que él entrara y saliera de ella mientras ella se clavaba en él. No podía creer que tuviera ese privilegio y que ella se sintiera tan segura a su lado de hacer lo que deseaba. Sofía lo cabalgó con gran intensidad y ambos disfrutaban acompañados de la música producida por sus gemidos y jadeos. Cuando se sintieron agotados se sepa

Veinte minutos después llegó un repartidor a la entrada de la farmacia y le entregó a uno de los guardias la bolsa con las pastillas, el guardia las recibió y las entregó a Michael, quien ya lo esperaba afuera de su habitación. Se había visto obligado a ponerse la pijama.Al regresar a la habitación le entregó a Sofía la caja de pastillas y mientras esta las tomaba, Michael se tiró sobre la cama.Sofía lo miró con el ceño fruncido.-¿Qué pasa? -¿Cómo que qué? ¿Ya te cansaste? Yo aún no estoy cansada.Hizo un puchero para dejar ver su descontento, quería seguir intimando con su esposo y no le permitiría descansar a menos que él se lo pidiera.Michael sonrió y levantó las cejas, jamás pensó que Sofía fuera así o que se comportaría de esa manera después de haberlo hecho por primera vez. Pero ahora era la señora Adams, no tenía por qué actuar de otra manera.-Ja ja ja. ¿Estás segura de querer seguir hoy? Mañana no podrás pararte... -¿Qué importa? Puedo tomarme el día, además hemos perd