Andrea se levantó temprano, lista para prepararse y asistir a la preparatoria. Después de arreglarse, se dirigió al comedor para comenzar a tomar el desayuno. Al ver a su cuñado y a su hermana, saludó respetuosamente, como solía hacer antes de unirse a ellos en la mesa.—Buenos días, Andrea. ¿Has descansado bien? —preguntó Sung-Hoon, sonriendo.—Sí, cuñado. He dormido muy bien esta vez —respondió ella—. Sin embargo, sin querer ser imprudente, temo que usted no parece haber descansado bien. Se nota en su rostro.Ante las palabras de Andrea, su hermana la miró con reproche, como si considerara que aquel comentario era innecesario. Andrea se encogió de hombros, sin malicia. Sung-Hoon, en cambio, sonrió con amabilidad.—Oye, Andrea, tienes un buen ojo para darte cuenta de las cosas. En realidad, no pude dormir demasiado bien, pero es mi culpa —admitió él, tratando de restarle importancia al asunto.—Escuché anoche cuando algo se cayó, y cuando me asomé, vi que usted caminaba con dificulta
Leer más