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Todos los capítulos de SuperLuna De Venganza: Capítulo 11 - Capítulo 14
14 chapters
10. El pasadizo secreto
Elara recorre la habitación con la mirada, sintiendo cómo la curiosidad le cosquillea bajo la piel. Si hubiera un pasadizo secreto aquí, ¿dónde estaría? Sus ojos se detienen en el gran armario de madera oscura, alto y robusto, con tallados antiguos en las puertas. ¿Podría una de esas tablas esconder una entrada? Luego, observa la alfombra tejida a mano que cubre parte del suelo; tal vez debajo de ella haya una trampilla. Se fija en la chimenea de piedra que apenas calienta la estancia. ¿Y si uno de los ladrillos, al presionarlo, activa un mecanismo? También contempla el tocador cubierto de frascos y perfumes, preguntándose si algún espejo se desliza para revelar algo más. Incluso la cortina pesada que cae desde el techo al rincón izquierdo le parece sospechosa por un instante. Este lugar parece construido para guardar secretos…, y ella no puede evitar sentir que, en cualquier momento, las paredes podrían abrirse y mostrárselos.—No está en esta habitación —dice Evelyn, interrumpiendo
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11. Lo que fue, lo que es
Elara observa en silencio a la mujer que se sienta junto a ella, al borde de la cama. Evelyn mantiene los dedos entrelazados sobre el regazo, la mirada perdida en algún punto invisible, con una expresión ausente, casi melancólica. En ese instante, Elara lo comprende: Evelyn no está aquí por deber… está aquí por amor. Ella no. Ella está aquí porque fue arrancada de su mundo, arrastrada entre sombras y secretos, y ahora se aferra a esta venganza como única razón para respirar. No vino a buscar esposo, ni redención. Se quedó para descubrir quién asesinó a su madre y para hacerle pagar… de la peor forma. Ese escondite, ese pasadizo oculto bajo el palacio, no es un simple refugio. Es parte de su estrategia. Un lugar desde donde podrá observar sin ser vista. Planificar y concentrarse en sus estrategias, para luego atacar sin previo aviso. —No entiendo del todo —dice de pronto, rompiendo el silencio—. ¿Qué diferencia hay entre una Madre Luna y una SuperLuna? Evelyn gira el rostro hacia e
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12. La debilidad de Badru
Badru mantiene la mirada fija en ella, con esa intensidad serena que parece desnudar el alma. Su voz grave rompe el silencio con una certeza que pesa.—Te conozco bien, Elara. Lo suficiente para saber que llevas mucho rencor en el corazón. Está en tus ojos. Esa mirada… llena de venganza.Elara no se inmuta. Esa acusación no le resulta extraña, ni mucho menos incómoda. Ya lo había admitido frente al rey Aleron. Y lo volvería a decir, una y mil veces si fuera necesario.—No me detendré hasta hacerle pagar a quien mató a mi madre —declara, con una firmeza helada.Badru asiente con lentitud, sin apartar la vista de su rostro.—Bien. Me parece justo —responde, sin juicio ni temor en la voz—. Soy un soldado de guerra, Elara. Sé reconocer cuando una batalla apenas está comenzando. Y esta tuya… apenas ha dado el primer paso. Si necesitas aliados, cuentas conmigo.Ella lo observa con cautela, tanteando el terreno invisible entre ellos.—Incluso tú podrías ser el asesino.Badru no se sobresalta.
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13. El primer recuerdo: La confesión de Matías
Elara recuerda. No como quien repasa un sueño, sino como quien atraviesa un umbral.La escena le llega nítida, cargada de un perfume que no pertenece al presente: jazmines nocturnos y hierba húmeda, mezclados con la vibración grave del mundo antiguo. El campo está cubierto de flores blancas, pero el cielo ha cambiado su curso, tiñendo los pétalos de un rosa etéreo. Una luna de sangre se alza, redonda y cruel, iluminando el mundo con una claridad encantada.Frente a ella —o más bien, frente a Elizabeth—, está Matías. Solo los dos, bajo ese fenómeno que obliga a los licántropos a despojarse de toda mentira. Bajo la luna de sangre, ningún corazón puede ocultar su verdad. Por eso él la ha llevado allí. Para hacerle una petición. Para que ella pudiera preguntarlo todo… antes de decir que sí.—Quiero que seas mi reina —dice Matías, con la voz más serena que ella haya escuchado nunca—. Pero más que eso, quiero que me permitas ser tu rey. No por título, no por rango…, sino por amor.Elizabeth
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