Capítulo 141 Siempre sabes como endulzar los finalesLuca analizó las palabras de la tía Clara y entendió que estaba siendo interrogado sobre sus sentimientos. Los ojos de la dulce Clara, eran gentiles y reflejaban una genuina preocupación.Luego se giró a ver a una muy nerviosa Eleonor a su lado. Laura, por su parte, esperó con el ceño fruncido, claramente molesta por el desvío emocional.Luca respiró hondo. Se enderezó en el asiento, adoptando una postura que no era la de un Director Ejecutivo, sino la de un hombre que habla desde el corazón.—Clara, gracias por la honestidad. Y sí, pueden llamarme Luca. Y no, no tiene por qué disculparse por su preocupación. Si yo estuviera en su lugar, haría exactamente lo mismo —empezó, validando el sentimiento de ambas tías.Se detuvo un momento, buscando las palabras exactas para expresar sus sentimientos.—Ustedes se preguntan qué pienso hacer con su tesoro. La respuesta es sencilla: hacerla feliz. Toda la vida. Sé que eso suena simple, pero

Capítulo 143 Un nuevo comienzoEleonor lo escuchó. Sus ojos brillaron de la emoción.Los fuegos artificiales habían cesado. Se miraron en silencio el uno al otro. Luca no tenía prisa. Su rostro permanecía embobado mirándola, y en la quietud de la noche, Eleonor sintió que aquel momento se grabaría en su memoria. Años después, aún atesoraría los recuerdos de su petición de matrimonio. Todo había sido tan romántico.Ella acarició el cabello de Luca, un gesto casi inconsciente de ternura.—Estoy impresionada. Nunca pensé que fueras tan romántico —murmuró, la voz aún áspera por las lágrimas de felicidad.Luca sonrió, esa sonrisa que solo reservaba para ella, que borraba al instante la fachada de hombre de negocios frío. La tomó suavemente del rostro, acercando su frente a la de ella. La luz de tenue hacía resaltar el color de su piel y el color de su cabello.—Pues lo soy… con la chica correcta, y esa eres tú. —Su voz era un susurro cálido—. Sabes, Eleonor, el truco de mi vida siempre ha

Capítulo 145 Ella está embarazada—Desde que apareciste en nuestras vidas, todo lo que he logrado se ha ido cuesta abajo. Te odio maldita zorra. Entre tantos hombres no pudiste fijarte en otro que no fuera Luca. Y ahora estás embarazada. ¿Qué pretendes quitarle a mi hija su herencia? Maldita imbécil hace tiempo debí darte una paliza y enseñarte a respetar.Fue entonces cuando Carla se abalanzó sobre Eleonor. La impotencia y la rabia acumulada saliendo a la superficie.Jennifer no solo sintió pánico, sino que el sonido agudo de la voz de su madre intensificó su terror hasta el punto de paralizarse. Se acurrucó contra Eleonor, el cuerpo le temblaba incontrolablemente, sus pequeños sollozos se mezclaban con el ruido del murmullo creciente de la gente.Eleonor reaccionó con ferocidad. Su mano libre se alzó, amenazando a la exesposa con frialdad implacable.Carla, cegada por la rabia, retrocedió solo un paso.— ¡Carla! —ordenó, en voz baja pero cortante—. Estás aterrorizando a tu hija. ¡F

Capítulo 147 Tenemos una boda que planearLuca y Eleonor acababan de salir de la consulta en el hospital. En esta la segunda consulta, habían escuchado de nuevo el fuerte latido del corazón de su bebé. Ambos estaban radiantes, aunque él aún no había logrado convencer a Eleonor de casarse y Luca estaba desesperado por comenzar su vida matrimonial.— ¿De qué te ríes, Luca?—Tengo muchos motivos para sonreír, mi amor. El principal es que mi hijo o hija está muy bien de salud, al igual que su mamá, que por fin come a sus horas reglamentarias y no consume tanta comida chatarra. ¡Es decir, que estás cuidando tu salud!—Bueno… aún me gusta el pollo frito y las hamburguesas, pero debo pensar en nuestro hijo.— ¿Te imaginas que sigas así? ¡Ese bebé saldrá comiendo pollo frito!—No me puedes negar que es delicioso. A mí me gusta el pollo frito tanto como a ti la pasta con salsa.—Ese es otro asunto, ¡Tiene que ver con mis raíces! Además, yo no estoy embarazado y tampoco he estado desnutrido.El

Capítulo 149 Su mayor preocupaciónEl gran salón de la casa de los Rossi seguía en un silencio incómodo tras la llegada de Luca, Jennifer y Lucía.Patricia, sin embargo, solo miraba a Lucía y a Jennifer hasta el punto de ser indiscreta y poner nerviosa a Lucía.«¿Ella es su madre? ¿Y la niña su hija? ¿Podrían ellas estar confabuladas con él para engañar a Eleonor?», pensó. «¿Será posible que la intención de este hombre sea buena?»Samuel solo suspiró y asintió con la cabeza en dirección a Luca y a Lucía. Se lo debía a Eleonor. Tenía que actuar como un buen padre, pero ¿cómo?«Siempre fui un proveedor. Ganaba dinero y mis hijas comían, se vestían, e iban al médico. ¿Qué haría un buen padre en este caso?» La idea de interrogar a ese hombre lo aterró. «Tendría que llevarlo al despacho y ofrecerle un cigarro… ¡No! Yo no fumo, y mucho menos tengo cigarros. ¿De qué podemos hablar? Le preguntaré directamente sus intenciones.»Lucía los observó a todos. Había querido venir para apoyar a su hi