Capítulo 13 —La plumaNarrador:Incluso sin querer admitirlo, Aylin empezó a repetir el mismo ritual cada noche.Cuando la casa caía en silencio y Sasha ya dormía, se preparaba un té caliente, se abrigaba con la bata y salía al jardín interior, caminando despacio, como si solo buscara aire fresco.Pero no era aire lo que buscaba, era a él, a Roman.Como si en el fondo, sin siquiera habérselo propuesto, hubieran pactado un encuentro que él nunca confirmó... y al que nunca llegó.Se sentaba en la misma banca, con la misma taza entre las manos, mirando hacia el rincón donde él se había sentado aquella madrugada. Donde le confesó que ese era su lugar favorito, su hora favorita. Pero la banca permanecía vacía. Siempre vacía.Y cada noche, mientras las estrellas brillaban igual que aquella vez, Aylin fingía que solo estaba ahí por costumbre, por tranquilidad, por la paz del jardín y el sonido lejano de los grillos.Pero no era verdad, esperaba; aunque no debía, aunque no era correcto, aunqu
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