166. ENTREGA TOTAL
Amet, reprimiendo una sonrisa llena de incredulidad y felicidad ante la reacción de su bella mitad, le respondió que eran cuatro días y que le había iniciado el día anterior. Antonieta lo miró fijamente con el ceño fruncido, lo cual hizo que, por un instante, Amet temiera su reacción, aunque nada lo tenía preparado para lo que continuó.—Entonces, Amet —dijo Antonieta con picardía y un toque de reproche—. ¿Quieres decir que, por la estupidez de no decírmelo, perdimos un día de placer? —Ja, ja, ja —soltó Amet una estridente carcajada, sin poder creer que tuviera tanta suerte con su bella compañera, que reaccionaba de una manera diferente, pero que lo llenaba de alegría—. ¡Eres tan impredecible, Antoni! ¿Cómo iba a saber que querías pasarlo conmigo?—¡Amor, teng
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