—Cómo no va a ser comercial —dijo Manolo, el padre de Ulises y Celeste, bajando las escaleras.—El tipo se desarrolló muy bien en el extranjero, tal vez en el futuro tengamos negocios juntos. Escuché que regresó al país también para construir proyectos.—A esta clase de persona la tienes que conocer, sería mejor si pudieras entablar amistad con él.Al escuchar esto, Ulises solo pudo esperar en casa, envió un mensaje a Germán diciéndole que se verían en la tarde.—Oye querido, ¿ese chico estará casado? —preguntó Leonora de lado, dirigiéndose a Manolo.—Eso no lo sé muy bien, pero ya tiene más de treinta, seguramente ya se habrá casado —dijo Manolo.Leonora escuchó esto con una expresión ligeramente decepcionada.Ulises, sentado en el sofá de la sala, inmediatamente supo lo que estaba pensando su mamá y dijo tranquilamente:—Ni siquiera hemos visto a la persona y ya quieres emparentarte con él, ¿conoces su carácter y personalidad?—Además, es ocho años mayor que mi hermana, ya es un homb
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