Durante su corto tiempo en el bote, Hades no dijo nada. Kayla muere de rabia por ese tipo que solo lo ve como un animal indefenso al que puede agarrar de la correa y manejarlo a su antojo. Al llegar al barco, cada uno de ellos fue ayudado por la tripulación a subir por la empinada escalera de metal y cuerdas. Fue un tanto difícil debido al movimiento del barco. Aun así, todo subieron con rapidez. —Síganme, les enseñaré sus habitaciones —habló el sargento Dominic. Hades no dijo nada y Kayla solo se limitó a asistir con la cabeza. Aún completamente molesta. Ambos lo siguen, Kayla unos pasos más adelante que Hades. Él, por su parte, quiere estar lo suficientemente lejos; si él llegara a intentar de nuevo agarrarlo, le daría tiempo de reaccionar para impedir cualquier situación. Y más con lo que le dijo el muy descarado. Dominic escucha con atención esos par de pasos atrás de él. Voltea de reojo para ver de quién son los pasos más cercanos. Encontrándose con esa castaña que lo
Leer más