La mirada de Ana se posó en la última puerta, su corazón ya había adivinado que estaban en plena acción, quería fingir que no había escuchado nada, pero al segundo siguiente entrecerró peligrosamente los ojos.—Gabriel...¿Gabriel?La voz femenina pegajosa despertaba infinitas fantasías, acompañada de jadeos roncos y profundos. Nicole, que reaccionó tarde, finalmente se dio cuenta de que parecía que habían interrumpido el momento íntimo de otras personas.Su mirada incómoda vagaba por todos lados, sin darse cuenta para nada del cambio en la expresión de Ana. Cuando se volteó de nuevo, Ana ya estaba parada frente a esa puerta.Nicole abrió los ojos como platos. ¿Qué iba a hacer Ana? ¿No sería lo que se estaba imaginando?Nicole contuvo la respiración nerviosamente, viendo con sus propios ojos cómo Ana, con expresión impasible, levantó el pie y pateó violentamente esa puerta de madera que se tambaleaba.El ruido estridente dispersó por completo toda la sensualidad y erotismo que flotaba
Leer más