La voz de la mujer estaba llena de sorpresa.Detuvo a Milena mientras avanzaba, mirando a su alrededor sin ver a nadie sospechoso.El estado de Milena no era normal.Estaba decaída, con rastros de lágrimas aún sin secar en el rostro, los ojos enrojecidos, y dijo entre sollozos: — Isabella, Luis... Luis me está engañando...Apenas anoche la había abrazado, diciéndole tiernamente que la cuidaría toda la vida, que cuando ahorrara suficiente para el regalo de boda, se casaría con ella.Pero hoy había llamado a muchas chicas hermosas a su sala privada...Milena podía ser ingenua, pero eso no significaba que no supiera nada.Isabella maldijo mentalmente a Luis, sin querer meterse demasiado en el asunto.¡Mateo todavía la esperaba en la sala 4006!Ajustó su chal blanco, llevó el mechón de pelo que caía junto a su oreja hacia atrás, y con un rostro perfectamente maquillado, mostró una expresión fingidamente preocupada.— Luis es el asistente de confianza de Mateo, seguro que su carácter no pue
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