—Perdón, en serio, perdón... También quiero acordarme, pero yo... pero de verdad no puedo, perdón...Lloré mientras sacudía la cabeza, abrazándolo fuerte.—Mateo, aguanta, no te va a pasar nada, seguro que no te va a pasar nada.Sin embargo, al terminar de hablar, Mateo cerró lentamente los ojos.Sentí un gran miedo en mi corazón, grité su nombre con desesperación.Pero Mateo ya no respondió.Empecé a sentir que todo a mi alrededor se oscurecía.Me mordí el labio, intentando mantenerme consciente.Me di la vuelta, agarré el pantalón de Javier y le supliqué, triste:—Javier, te lo ruego, llama una ambulancia, por favor, pide una ambulancia para él, te lo ruego, Javier...Javier se agachó lentamente, me agarró por los hombros, y me habló, con una sonrisa que daba miedo:—¿Sabes qué pasó entre él y yo? —me preguntó.Dije que no, desconcertada.Él desvió la mirada, suspiró y luego me dijo con mucho énfasis:—Su mamá se robó mi familia.Mi corazón dio un vuelco, recordando las palabras de M
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