—¡Tyler! —grité, cayendo de rodillas junto a él mientras Miranda bajaba lentamente el arma, detrás de Dante.Solo yo vi esa maldita sonrisa. Esa que me heló la sangre.El disparo había sido preciso, pero no letal. Tyler respiraba con dificultad, la sangre manaba de su costado. Tenía una oportunidad.—¡Dante, ayúdame a sostenerlo! —le grité sin pensarlo dos veces, mientras mis manos ya buscaban dónde presionar—. No está muerto. ¡No aún!Él dudó un segundo, su arma aún apuntando al frente, cubriéndonos, pero luego se inclinó con rapidez para ayudarme.—Necesito algo para hacer presión… ¡una camisa, una tela, lo que sea! —dije, ya desgarrando el bajo de mi pantalón para improvisar una venda.Presioné con fuerza la herida, intentando frenar la hemorragia. El pulso era débil, pero aún estaba ahí.—Vamos, Tyler. No te atrevas a dejarme ahora —le susurré—. Tienes que decirme dónde están.Los ojos de él apenas se entreabrieron, su mirada vidriosa, desorientada. Movió los labios, un murmullo q
Leer más