Fabrizio—Necesitamos llevarla bajo protección —dijo Xavier mientras levantábamos a Amelia.La pelea había sido dura, mucho más de lo esperado. Los guerreros vampiros de Valerius eran ordenados, fuertes, y juro que cuando acabábamos con uno, aparecían dos más. El grupo frente a la casa era solo uno, pero de las mazmorras salieron más, de detrás de la casa, y más allá. Después de que atacaran, aparecían rogues, mercenarios y, atrás, más lobos. —Yo puedo, juro que… —indicaba Amelia, pero luego la vi chillar de dolor.—Déjanos ayudar, mi señora —dije y la alejé de la batalla. Era difícil, no estábamos en el castillo ni en nuestro territorio. No teníamos nuestro grupo de apoyo, todos estábamos en la pelea. Igor había caído y lo perdí de vista. Las guerreras continuaban más allá, evitando que más vampiros se acercaran. Rogelio y Damián comandaban el frente, pero… ¿Hasta cuándo? Las manadas del norte habían llegado; vi alfas, guerreros, lobos que en algún tiempo nos habían jurado lealtad… a
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