Karen no esquivó el golpe, solo giró la cabeza y volvió a mirar a Lucía: —¿Por qué estás tan enfadada, Lucía? ¡Golpear a alguien también es un delito!—¡Lo que has hecho merece cadena perpetua! —exclamó Lucía.Karen, lejos de intimidarse, respondió sonriendo: —¿Qué he hecho yo? Lucía, no me mientas. No he hecho nada, solo estoy aquí de vacaciones.—¡Lucía, ¿qué estás haciendo?!De repente, desde no muy lejos, Carolina se acercó. Al ver que había golpeado a Karen, se disgustó y la regaño: —Vaya carácter tienes ahora, hasta golpeas a Karen. Ella lleva en su vientre a un descendiente de los Rodríguez. Si le haces daño, ¿podrás compensarlo?Lucía la miró. Carolina había venido a respaldar a Karen.Amparándose en esto, Karen esbozó una sonrisa triunfal: —Señora, no pasa nada. Como ella no puede quedar embarazada y yo sí lo he conseguido, es normal que Lucía se enfade al verme.Carolina comentó con crueldad: —No puede tener hijos y encima quiere que las demás tampoco los tengan. ¡Qué consent
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