La llamada era de la madame del club nocturno.Hacía tiempo que no se comunicaban, y Karen estaba ansiosa por compartir sus buenas noticias. Al contestar, exclamó alegremente:— ¡Hola, madame! Ahora estoy de veras de maravilla. El bebé está sano, tengo una casa grande y gente que cuida y vela por nuestro bienestar. Especialmente la madre del padre de mi hijo me aprecia mucho. Sin duda mi vida seguirá mejorando.Sin embargo, del otro lado de la línea, la voz sonaba preocupada:— Karen, te llamo para advertirte que hay problemas. La policía vino preguntando por ti. ¿Has hecho algo malo?Al escuchar esto, el rostro de Karen palideció:— ¿La policía me está buscando?— Sí, están indagando sobre ti, aunque no sé exactamente qué quieren...Antes de que pudiera terminar, Karen colgó la llamada. Si sabían que vivía en la casa de los Rodríguez, pronto llegarían allí. No podía permitir que la arrestaran, así que debía huir inmediatamente.Salió corriendo precipitadamente, sin decirle a nadie adó
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