Después de dejar a las chicas, nos dirigimos a mi oficina. Necesitamos tratar algunos asuntos que hemos ido postergando debido a las distintas circunstancias que han ido aconteciendo. Entre ellas, la boda entre Robert y Victoria, que, hace una semana, se llevó a cabo, y ahora, por los preparativos de mi boca con Rachel.―¿Qué tal te va con tu nueva vida de casado?Comento, al ingresar a mi oficina.―Es la mejor decisión que tomé en mi vida, Lud ―esboza una sonrisa tensa que me parece curiosa―. Victoria es una mujer espléndida y maravillosa. La amo como no amé a ninguna otra mujer.Noto su expresión preocupada. Sé que algo está pasando.―¿Qué te pasa, Rob? Te veo intranquilo.Hoy está distraído y poco comunicativo.―No sé, Lud ―se sienta en el sillón y, me observa intranquilo, al entrelazar los dedos de sus manos y de apoyar los codos sobre sus muslos―. Tengo una extraña presión en el pecho que no me deja respirar ―indica preocupado antes de levantarse del mueble casi de inmediato―. ¡Mi
Leer más