Axel llegó a su casa; traía en sus manos una bolsa de compras. Subió las escaleras, abrió la puerta de la habitación, dejó las bolsas en el suelo y se acercó a la cama.Alicia aún dormía; estaba recostada sobre la cama de un costado, la camisa estaba ligeramente levantada, dejando ver su ropa interior. Lucía hermosa.Axel se quitó el saco junto con sus zapatos; él comenzó a besar la pierna de Alicia, iba subiendo lentamente.Alicia sintió el calor de los besos y abrió los ojos. Axel alzó levemente la camisa para besar la espalda de Alicia, pero se detuvo.—¿Qué pasa, Axel?Preguntó Alicia, que ya se había levantado por la sensación de los besos.—Espera, déjame levantar un poco tu camisa; vi algo extraño.Axel levantó la camisa y vio una mancha sobre la espalda de Alicia; era un moretón enorme.—¿Qué tengo?—Creo que caíste muy fuerte ayer, te salió un hematoma o, bueno, moretón muy grande.—Ah, no me había fijado; sí, me duele un poco la espalda, pero no pensé que traía eso.Contestó
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