CAPITULO 40: LA MENTIRA II.
Alicia entró a su habitación pensando en Axel, en que su cuerpo necesitaba de sus caricias; se recostó pensando en él, en sus besos, hasta que el sueño la venció.
Al abrir sus ojos, se sentó sobre la cama, se estiró un poco aun sintiendo un poco de cansancio; con pereza se levantó y se metió a bañar. Sintiendo la energía recargada debido a la ducha, se arregló con la falda negra junto con la camisa de manga larga que llevaba; solo que recogió las mangas. Al estar lista, salió de la habitación y fue directamente a la habitación de Axel. Cuando él abrió, se miraba muy bien vestido con un pantalón blanco que llegaba a sus tobillos, una camisa negra y un saco gris.
—Buenos días.
—Buenos días, Alicia.
Axel observó su reloj.
—Son las 10:00 de la mañana; hasta las 12:00 es la hora de la junta. ¿Quieres ir a desayunar algo?
—Sí, me parece muy bien; tengo mucha hambre.
—Vamos entonces, "comelona".
—¿Por qué me dices así?
Alicia cruzó los brazos y frunció las cejas.
Axel le apretó la mejilla.
—P