(...)Tocan el timbre, dejo el vaso de agua en la encimera y camino hacia la puerta.—¡¡¡Gabriel!!! —me sorprendo al ver a la persona que menos esperaba.Wao… Esto no me lo esperaba, me sorprende su visita inesperada, ¿cómo sabe donde vivo? Ah, mis datos personales, tuvo que revisar mi hoja de vida, dado que no encuentro otra justificación.—Liz ¿cómo estás? —en su rostro se le dibuja una enorme sonrisa—. Puedo pasar.—Sí, claro, pasa, estás en tu casa —tartamudeo de la impresión—, y que te trae por aquí—pregunté con una pizca de curiosidad.Leer más
Capítulo 4
(...)Feliz por terminar mi turno, llevo mi mano hacia mi cuello y empiezo a darme un par de masajes. Ah, me siento tensa, creo que no me vendría mal ir un día al spa. Tomo mi cartera y salgo de mi consultorio para ir camino hacia mi apartamento.Cierro la puerta y me dirijo hacia la tabla digital donde pondré mi código y así notificaré que mi turno ha terminado.—Hola, Liz, como te sientes —después de poner mi código en el registro de salida y entrada, volteo a ver y me topo con el rostro de Gabriel—. Ya termino tu turno así que mañana te veré a la misma hora—asiento—. Ve a descansar.—Gracias, Gabriel, ten buen día.Leer más
Capítulo 5
(…)Abro mis ojos al escuchar un par de voces por el pasillo, pero al parecer a Liz eso no le afecta, ya que esta cómoda y duerme como un angelito. Sí, me salí con la mía, ya que Liz está en mi habitación y se quedará conmigo hasta que ella lo decida.Ah, es que a mi madre le gustaría que me casara y que le diéramos muchos nietos.Con mucho cuidado me levanto de la cama, no quiero que Liz se despierte, deseo quedarme más tiempo con ella, pero tengo que buscar a mi padre y hablar un par de cosas con él.Me pongo las pantuflas y tomo mi móvil que está sobre la mesita de noche, le doy una última mirada a Liz para luego salir de la habitación.
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Capítulo 6
(...)Abro lentamente mis ojos, pero nuevamente la vuelvo a cerrar porque la iluminación de la habitación o donde quiera que esté ofende mi vista. Pongo mi mano en mis ojos.—Liz, amor… —siento como su mano está sobre la mía.Quito mi mano de mis ojos y puedo ver el rostro preocupado de Dylan para luego percatarme que estoy en una habitación, pero no la habitación de la casa y menos la de mi apartamento, estoy en un cuarto de la clínica.¿Qué me pasó?, no recuerdo nada.—Dylan, que me paso —hablo con temblor en mi voz—, amor, todo me da vueltas.—Te desmayaste &m
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Capítulo 7
—No… quien te crees para decirme que me vaya —me deja a un lado y se va directo hacia Morgan y Carla viene hacia mí—. No te metas en mis asuntos porque si no te irá mal—la amenaza.—Te encuentras bien —Carla me sostiene del brazo y yo intento recuperar el aire. —Vete Gabriel o nos veras obligadas a llamar a la policía —le advierte Morgan—. Estás haciendo las cosas más graves porque esto se le llama acoso, y no amor Gabriel. ¡Escucha, Acoso! —está furiosa e intenta demostrar lo que él está haciendo—. Y no te permitiré que le hagas daño otra vez, ya no.Es que se convirtió en un loco obsesionado porque ha venido solo para alterarme y meterme en miedo, se est&
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Capítulo 8
—Así que él fue —empuño ambas manos—, ahora si me va a conocer y se enterara qué con mi familia no se mete—hablo entre dientes—. Ustedes tranquilas porque ni siquiera le daré el gusto al infeliz, por lo pronto Liz no saldrá y se mantendrá vigilada las veinticuatro siete—murmuro—. Por el momento ustedes deberían ir a descansar, y les agradezco de todo corazón.Aspiro profundamente y trato de mantener el control porque sinceramente no quiero desquitarme con este par de mujeres que lo único que hacen es cuidar de su amiga. —Sí, Dylan, nos retiramos, pero vendremos mañana —sonríe débilmente—. Ah, una última cosa, mañana trabajaré en el turno de la mañana y si veo algo de lo an
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Capítulo 9
***Comienzo abrir los ojos y veo a todos lados. Ay, me duele la cabeza, comienzo a recordar todo lo sucedió, me levanto un poco adolorida, puesto que me quede dormida en el suelo. Me he dormido o me desmayé. Lentamente me levanto para ir directo al baño, necesito lavarme la cara y tomarme el medicamento, no quiero tomar una recaiga.Tomo un poco de aire y decido salir de la habitación. Uno… dos… tres… voy bajando las escaleras para ir a la cocina, tengo las intenciones de irme, pero no quiero sufrir un aborto por culpa de ese imbécil.Dando el último escalón mis ojos se abren al ver que Dylan está cómodamente sentado a ho
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