WEREWOLF'S LOVER
WEREWOLF'S LOVER
Por: Dylaenne-Hobrien
-1-

Observó a los demás candidatos al puesto vacante que la empresa ofrecía.

Solo había hombres.

Más jóvenes o menos.

Guapos y no tan guapos.

Probablemente, la mayoría de ellos con experiencia en tal puesto o uno similar.

Él, acababa de terminar la carrera.

Menos de seis meses pasaban desde que se graduó y allí estaba.

Nervioso.

Rodeado de expertos.

Empezaban a sudarle las manos, por lo que tuvo que frotarselas en el pantalón.

En ese momento, la puerta que allí había cedió, saliendo tras ésta una mujer alta, de cabellera rojiza y ondulada y un elegante traje de corte inglés.

La falda entubada le llegaba un poco más allá de las rodillas y tenía una apertura en el lado izquierdo para tener más movimiento.

La blusa, de un blanco hueso, la remetía por la falda, dejándola bombacha en su cintura.

-Patryce Connors- nombró.

El joven dudó unos minutos antes de procesar que acababa de decir su nombre.

Poniéndose en pie alzó una mano junto a un débil "Yo".

-Pensé que eras una chica- refirió ella sonriendo.

-Suele pasarme- apuntó Patryce -El gusto por lo francés de mi madre-

La mujer no dijo nada. Solo tachó su nombre y con un gesto le hizo que le siguiera.

Todavía nervioso, Patryce siguió a ésta y se perdió tras la puerta.

-¿Tienes experiencia?- comenzó una conversación la mujer mientras caminaban por el pasillo.

-No- fue sincero Patryce -Yo...hace medio año que me gradué y...-

-Aah, un recién salido- ella giró la cabeza hacia él sin dejar de caminar -Eso es bueno saberlo- 

-Seguro. Así me despachais antes- murmuró Patryce para sí.

Como le daba la espalda, éste no se dio cuenta de cómo la mujer dejó entrever una extraña sonrisa.

Llegaron ante una segunda puerta.

Ella, volviendose a él, le hizo una señal para que permaneciera a un lado.

Y llamó.

Tres veces.

A Patryce le pareció oír una voz al otro lado pero no supo bien si le estaba dando permiso o qué.

Aunque al parecer eso fue pues la mujer agarró el pomo, lo giró y empujó la puerta.

-El primer candidato está aquí- anunció con tan solo medio cuerpo dentro.

-Hazlo pasar- escuchó mejor la voz Patryce.

No supo si fue la impresión o qué.

Al oírla, un cosquilleo le recorrió desde el coxis hasta la coronilla de su cabeza.

La mujer asintió sin responder y se volvió a él.

-Puedes pasar- invitó señalando hacia el interior de la sala.

Patryce, con pasos tímidos, avanzó hacia dentro de la sala.

Mantenía levemente la cara inclinada y se estaba poniendo aún más nervioso.

Se sobresaltó al oír como la mujer cerró la puerta tras él por lo que elevando la vista y girando la cabeza se vio allí encerrado.

-Si no te acercas no podré iniciar la entrevista- 

Otra vez el mismo sentimiento cuando oyó esa voz.

Despacio, comenzó a girar la cabeza.

Muy lentamente.

Hasta que pudo ver al dueño de dicha voz.

Se ponía en pie.

Poco a poco.

Apoyando las manos en su mesa.

Hasta que acabó totalmente de pie.

Patryce no movió un solo músculo.

Permanecía inmóvil, viendo a aquel hombre de oscuro traje y con la única nota de color que era su camisa, de un blanco nuclear que parecía relucir.

Su piel, también color oscura, poseía un atractivo tono entre tostado y ébano.

-Adelante- pidió amablemente éste señalando una de las sillas que había frente a él.

Algo tímido, Patryce anduvo hacia la silla en cuestión.

Retirandola un poco, logró situarse ante el hombre, al cual le vio asomar una sutil sonrisa.

-Toma asiento, por favor- volvió a pedir con una sobrada amabilidad aunque con un ligero atisbo de picardía en la voz.

Patryce, no dándole demasiada importancia, tomó asiento.

Vio cómo él también se sentó en su sillon.

-Empecemos por el principio- repuso el hombre sin dejar de sonreír e inmediatamente apartó la mirada de él -Te llamas...¿Patryce?- medio se sorprendió y asombró alzando la vista de la ficha del joven -¿Francés?- indagó.

-Ehm...no. A...a mí madre le gustan mucho los nombres franceses y como no quería uno estadounidense pues eligió ese- explicó el chico.

"Además de que a mí me vino super bien por razones...varias"

Terminó la explicación en su interior. 

-Ummm, original- refirió el hombre con la sonrisa intacta y siguió hojeando la información de la ficha del chico -Recientemente con la carrera finalizada. Y por lo que enviaste unas increíbles calificaciones- volvió a mirarle, ésta vez clavando sus oscuros ojos en Patryce.

Éste, sin darse cuenta, tragó duro, al mismo tiempo que sus dedos se cerraron sobre sus muslos.

-Bu-bueno, pedían...referencias y...lo único que podía mandar eran las de mis profesores...- explicó.

-Por supuesto- afirmó el azabache entre divertido y burlón -Y aunque no tengas experiencia ¿Crees que sabrías manejarte tú solo si se te colocara en tal puesto vacante?- 

Patryce volvió a tragar saliva.

-Bueno, si...si digo que sí a lo mejor miento...- el hombre achicó los ojos y descansó la barbilla sobre el dorso de una mano -...y por otro lado, si digo que no pues...también podría mentirle- terminó de responder Patryce.

-Jum, una respuesta de lo más honesta- apuntó el hombre.

-No ganaría nada mintiendo ¿No?- observó Patryce.

-No- negó el hombre y siguió leyendo la ficha -¿Dominas todo el paquete de Office? Excess, Access, Word por supuesto y el resto- 

-Aaamm, sí. Word el que más- apuntó Patryce.

-Bueno, en el caso de que se te contratara somos bastante de formación, así que se te pondría un mentor o apoyo para que te ayudara los primeros meses- repuso el hombre.

Patryce asintió con la cabeza -Una última cosa- el azabache regresó sus ojos al joven. Uniendo sus manos entre ellas, mantuvo la cabeza en alto, dando la impresión de prepotencia y altivez, y preguntó -¿Alguna carga personal?- 

Patryce quedó un tanto noqueado con la pregunta.

-¿Per-perdón?- 

-Que si tienes cargas familiares, tipo hijos, esposa, hermanos menores, padres enfermos...etcétera- 

-S-sí, si...si la pregunta la he... entendido pero...mi duda es ¿Eso importa?- 

El hombre, sin responder, se volvió a poner en pie.

Permaneciendo todo lo derecho posible, llevó las manos a su espalda y las cruzó tras ésta.

Sin dejar de mirarle, esbozó una tenaz sonrisa y contestó:

-Verás, es la...primera vez que hago las entrevistas y me gustaría saber todo lo que pueda sobre la persona que acabará por ocupar el puesto en concreto- 

-¡Va-vaya, también es...tu primera vez!-

El hombre rió tenuemente.

Patryce procesó bien lo que acababa de decir. 

Y quiso golpearse contra el borde de la mesa.

Colorado y cerrando los ojos, se disculpó:

-Lo siento, lo siento, yo...no quería decir eso...sonó muy...mal y...pero es que cuando me pongo nervioso pues no me cargura el cerebro y...- 

-No te preocupes- respondió el de piel ébano.

Patryce entreabrió primero un ojo e inmediatamente hizo lo mismo con el otro. 

Casi se le escapa un grito al ver al hombre frente a frente con él y con muy poca distancia entre ellos.

¿Como había sido tan rápido? 

Si ni siquiera lo había oído.

Sin pensar pegó un bote de la silla provocando que ésta cayera al suelo.

Y miró atonito al hombre.

-¿Có-cómo...ni...ni me di cuenta de...-

-Cerraste los ojos- añadió el mayor.

-Pe-pero no oí sus pasos- 

-Soy sigiloso- se jactó el hombre cruzándose de brazos y ladeando la cabeza -Y por tu respuesta no has de preocuparte. Te entendí- 

Patryce aún sin recuperarse pero tratando de hacerlo, preguntó:

-¿También...le han contratado hace poco?- 

El hombre entornó los ojos como haciendo creer que pensaba.

Hasta que abriendolos de golpe remarcó su sonrisa y contestó:

-Realmente llevo mucho tiempo aquí solo que no se me ve demasiado-

Patryce frunció el ceño como preguntando "¿Por qué?"

Enderezandose, el pelinegro metió las manos en los bolsillos de su oscuro pantalón. 

Dio unos cuantos pasos hacia él.

-Soy Elliot Bane. El dueño de la empresa- respondió de lo más calmado y con mirada penetrante.

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