Capitulo 02

Narra Nicol Martínez

Odio la imagen que me devuelve el cristal frente a mí, pero es mi único aliado al momento en que practico una y otra vez la coreografía que el profesor de danza nos encargó para esta semana.

Trato de perfeccionar mis movimientos pero no hay caso, fallo una y otra vez en el mismo giro.

Suspiró con frustración

Tomo la toalla para secar el sudor que corre por mí rostro y me convenzo que es suficiente por hoy.  Estoy agotada y decido tomar un largo baño en recompensa por mí esfuerzo.

Hoy es domingo y quedé con mi amiga Talía en ir al cine a ver una de esas películas sentimentales que a ella tanto le gusta, mientras se atora comiendo palomitas y kilos de dulces para matar la angustia... Simplemente la envidio por eso, no sé cómo puede comer tanto y no engordar un gramo. ¡Maldita Talía!

Salgo de mi relajante baño y busco qué ponerme. Después de un rato termino ataviada en lo mismo de siempre. No soy tan fanática de los vestidos aún así es lo que más hay en mi clóset porque así lo quisieron mis padres. Me coloco un vestido suelto y bonito y unas sandalias cómodas 

Bajo y como de costumbre estoy sola en casa, nada nuevo. Busco a Nana y tampoco la encuentro así que dejó una nota para avisar de mi salida aunque ya ellos no se preocupen por eso 

Diez minutos más tarde oigo el portero de casa sonar y corro para abrir la puerta...  efectivamente es mi amiga

— Hola Tati. — Le saludo suelo decirle así en lugar de Talía, ella simplemente me mira y con ese gesto bajando sus gafas sé lo que dirá.

— No me digas que esa es tu interpretación de "arréglate". ¡Nicol con razón aún estás virgen y soltera! — Exclama 

— ¿Vas a comenzar de nuevo? Ya te lo dije, no me interesa nada de eso, así que ahórrate las palabras porque no causan efecto en mí. ¿Nos vamos?

— Pues si no queda de otra... Pero te advierto Niki un día de estos desaparecerá tu horrorosa colección de vestidos y esta persona que ves aquí se encargará de renovar todo tu guardarropas. ¡Lo juro, como que me llamo Talía Sosa 

— Ajá... ahora que ya te escuché ¿podríamos irnos? No quiero llegar tarde esta vez y que la gente nos mire de mala manera señor modas.

— Lo mío es la moda no la puntualidad... ¡Deberías saberlo!

Sin más nos montamos en su coche y nos dirigimos al cine donde disfrutamos de una hermosa y triste película. Al fin y al cabo debo de reconocer que mi amiga tiene buen gusto.

Luego decidimos pasar el resto de la tarde en el acuario donde nos tomamos algunas fotos y me río de las ocurrencias suyas, son estos momentos así en los que soy feliz también lo soy cuando bailo creo que esos son mis únicos momentos de escape 

Casi hemos finalizando el recorrido cuando recibo una llamada de mi padre... Raro.

— Hola papá — Le atiendo 

— ¿Por dónde andas? — Pregunto sin hola o algo más 

— Saliendo del acuario con Talía ¿Pasó algo? — Pregunto algo preocupada

— No, no... Solo que estaremos en casa para la cena con tu madre y queríamos conversar contigo

— Llegaré temprano papá, no te preocupes. Nos vemos luego.

— Ok, hasta luego entonces. — corto la llamada y algo llama mi atención. Pero no le doy importancia y alcanzo a Talía que me ha dejado atrás.

— ¿Con quién hablabas? — mi amiga se acercaba con dos refrescos en sus manos.

— Era mi padre, para decirme que me esperan para cenar hoy. Raro, ¿No te parece? 

— Raro viniendo de quien viene, pero un poco de tiempo en familia siempre viene bien ¿no crees?

No lo se, siento que algo no va a estar bien.

No tengo la mejor relación con ellos, soy adoptada, me adoptaron cuando tenía 2 años de vida porque mi "madre" tenía una fuerte depresión por su hijo fallecido y querían que yo ayudara en eso creían que un bebe era ala solución.

No la fue 

— Creo que sí — Dije aunque no muy convencida — Anda vamos. Quiero llegar temprano y practicar un poco más la coreografía, aún no logro ese giro.

—Relájate Niki, seguro que te irá genial. Quizás te exiges demasiado.

— Quizás sí, pero quiero lograr ese solo algún día. Llevo años deseándolo. —  ya he perdido las esperanzas.

Luego de haber practicado la coreografía bajo la atenta mirada de Talía éste se va  y yo bajo listo para mi cena familiar. 

Mientras espero a mis padres me escapo a la cocina y veo a Nana muy concentrada entre los aromas. 

— ¡Huele delicioso lo que sea que estés haciendo! — Chillo ella se sobresalta pues tal es el grado de concentración en su tarea que no se había percatado de mí presencia.

— Hola mi niña... ¿Dónde te habías metido? No te he visto en toda la tarde.

— He ido al cine y luego al acuario... —le cuento—, y antes he practicado mi baile en mi cuarto por un buen rato.

—Sí, vi a la joven Talía salir hace un rato. ¿Te has divertido? —asiento, siempre la paso bien junto a ella

— Oye Nana... ¿Has visto a mis padres? —no  he estado con ellos en estos dos días y este pedido de cenar conmigo me tiene inquieta, ya que nunca tienen interés de pasar tiempo junto a mi.

— Ellos están en el despacho. Tuvieron una reunión con un señor que acaba de irse... Les he llevado café hace rato. Tú ya sabes... negocios.

— Si, tienes razón... —siempre negocios—. Ok, iré a esperarlos a la sala. Nos vemos luego.

Me siento en el inmenso sillón y comienzo a hacer zapping cuando escucho a los lejos resonar los tacones de mi madre por el largo pasillo y justo detrás de ella asoma mi padre.

— Nicol, hija — me pongo de pie y los saludo con una reverencia.

Si, así me había acostumbrado a saludarlos según ellos era respeto 

— Hola — Susurré 

— Qué bueno verte hija... Vivimos en la misma casa pero no nos vemos nunca, qué ironía — mi madre siempre tan sarcástica

Resistí las ganas de doblar los ojos 

— Pasemos al comedor, como te dije hay algo importante de lo cual tenemos que conversar. — me pongo aún más ansiosa.

Seguramente me dirán que se irán de viaje de negocios, últimamente son las únicas noticias que comparten conmigo.

Los sigo hacia el comedor y cada uno se sienta en sus respectivos lugares.

Hablamos siempre de los mismos temas, la escuela, los proyectos de la compañía, la asociación benéfica que preside mi madre y temas que me aburren. 

La pregunta que tanto anhelo nunca llega.

¿Qué tal tus cosas hija? 

¿Estás bien? 

¿Necesitas algo? Esa clases de interrogantes nunca escapan de sus bocas.

Al contrario... Si pensaba que nada más de lo que hicieran ellos podría afectarme, estaba totalmente equivocada

—Hija, creo que llegó el momento de hablar de esto. — veo a mi padre acomodarse el saco y a mi madre removerse en su asiento. 

— Nicol  —mi madre toma la palabra primero—. Como sabes te hemos dado todo desde que te sacamos de ese espantoso lugar, un hogar, alimentos, una excelente educación, dejamos que cumplas tu estúpido capricho de estudiar danza — No me gusta como va esto aunque estaba acostumbrada ya —. No seremos la familia perfecta pero eres lo que eres gracias a todo eso que NOSOTROS te hemos dado  —la miró atónitanpor lo que sale de su boca.

—Yo... yo no entiendo el porqué me dices todo eso... — ¿Acaso me iban a echar de su vida?

— Mira hija... —miro a mi padre—, la empresa no está pasando por un buen momento, las acciones han caído y si seguimos ese camino pronto iremos a la quiebra. Por lo tanto no me ha quedado de otra que asociarme con la corporación líder Sil & Co. 

— Lo veo bien papá, todo sea por salvar la compañía que tanto amas y a la que tanto esfuerzo le has puesto

— Su hijo tomará el cargo de presidente la siguiente semana... ya que el señor Silva se irá al extranjero por un tiempo debido a cuestiones de salud y... —odio las pausas—,  hemos llegado a un acuerdo para que todo esté legalmente respaldado

— Nicol tú serás parte importante en este trato. — interrumpe mí madre.

— No entiendo papá... Yo no sé nada de negocios, no sé en qué puedo colaborar en todo esto.

— Verás. Mí firma está inhibida ya que he pedido algunos créditos hace un tiempo que no he podido cubrir hasta el momento. Estamos en un momento crítico.

— Sigo sin entender qué tengo que ver yo...

— Por lo tanto pondremos todo en manos de su hijo. Él tendrá el poder absoluto de las compañías y necesitamos agarrarnos de algo para el día que vuelva todo a la normalidad no salgamos perjudicados.

— ¿Qué sería ese "algo"?

— Tu Nicol... Firmarás un contrato matrimonial y como eres menor de edad en algunos estados del país legalmente aún y no entiendes nada de nada, tú padre seguirá al frente desde las sombras obviamente. — me quedo helada ante las palabras de mi madre.

¿Que yo que?

— ¿¡Qué!? Pero... pero, ¿Eso significa que tendré que casarme? ¿Es en serio lo que me están pidiendo?

— No te estamos pidiendo nada Nicol es algo que harás y punto — Sentenció mi madre 

¡¿Que?! ¡¡No!!

— Hija sé que es difícil lo que te pido, sólo será por un año y medio, luego de eso todo volverá a la normalidad y seguirá todo como siempre

— Por favor papá no lo hagas... —miles de ideas locas sacadas de las tontas películas que veo en compañía de Talía corren por mí mente —. Tengo 19 años no quiero casarme con alguien que no conozco ¡no quiero hacerlo!

Me siento tan vulnerable tan tonta 

— ¡Nicol deja ya de ser tan egoísta! — Grita mi madre derrepente está verdaderamente molesta — Lo perderemos todo!!! ¿Acaso no lo entiendes? si no tenemos algo que nos respalde al momento de separar las firmas lo perdemos todo  — veo a mi madre mirarme con desdén 

— Solo será por un año y medio nicol. Luego podrás seguir tu vida, podrás irte a estudiar a esa academia que tanto quieres en París... — lo miro. 

Me sorprende que sepa de mis sueños, jamás me preguntó nada al respecto.

— Si no fuera realmente importante jamás te hubiésemos pedido algo así. Piénsalo mejor, saldrás de esta casa como tanto quieres, harás tu vida en otro lugar, pagaremos  tu carrera y te aseguraremos un lugar donde vivir allá. Todos saldremos beneficiados de esto. —mi madre sabe que botones presionar.

Bajo la mirada y mis lágrimas caen... Una vez más me siento humillada por estas dos personas que dicen llamarse mis padres. Me levanto de mi asiento y limpiándome las lágrimas miro a mi padre.

— Papá, lo siento, no puedo darte la respuesta que quieres oír. Esto es muy injusto para mí 

— ¡Por Dios! ¿Sabes lo que es injusto? —grita mi madre —. Injusto es lo poco que colaboras con esta familia. ¿A caso no piensas en dónde estarías si tu padre no te hubiera sacado de ese orfanato? Te hemos dado todo lo que tienes, todo lo que eres. Las mejores escuelas, la mejor ropa, por más que andes vestida con esos trapos horrorosos que usas y ¡¿Así nos pagas!?

Lloro de rabia, de tristeza. Esa mujer no tiene escrúpulos... Nunca los ha tenido 

— ¡Ya cálmate por favor! ¡Deja de gritar! — la corta mí padre —. Niki, no tienes que contestar ahora. Piénsalo mejor y mañana me darás la respuesta. — estoy superado por la situación, por sus palabras y por todo.

— Me iré a mi habitación, con permiso.

Voy subiendo las escaleras cuando oigo que comienzan a discutir de nuevo. No puedo creer lo que acaban de pedirme, estaba equivocado, mi vida podía ser aún más miserable. Me encierro en mi cuarto y me dejó caer en la cama. Lloro todo lo que quiero, hasta que a mis ojos ya no le quedan más lágrimas. 

Es entrada la madrugada donde me doy cuenta de que no tengo otra opción. Me resigno y acepto mi destino y comprendo que una vez más ellos salen ganando...

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo