Engañada.

Narra Emily.

Hoy estoy súper feliz es el último día de clase, la fiesta del instituto y mañana es mi cumple todo junto es grandioso.

—Buenos días madre, padre como están mis seres amados en el día de hoy—. Les digo a mis padres.

—¿Por qué tanto entusiasmo mi amor a que se debe? —. Pregunta mi madre con una gran sonrisa.

—Pues hoy es el último día de clases y estoy súper feliz que ya he culminado un año más—. Una gran sonrisa aparece en mis labios.

—Es verdad como lo olvide—. Dice mi padre y se golpea con la palma de la mano la frente.

—Papá no seas exagerado—. Muerdo mi labio. —Además mañana es un gran día para mí, es mi cumpleaños—. Levanto mis manos y hago un bailecito.

—No as pedido nada mi amor que deseas que hagamos para tu cumple—. Me encojo de hombros.

—No lo sé mamá, he estado tan centrada en la fiesta del Instituto, puedes creer es la primera fiesta que asisto—. Mi madre hace una mueca y se lo que viene a continuación.

—Mi vida no sé si sea buena idea que vayas a esa fiesta, sé que la has esperado con ansias y te lo mereces, pero una fiesta de esas no trae nada bueno y mucho menos si es una en donde estás rodeada de hombres lobos, vampiros, brujas, magos.... 

—Mamá basta vale estaré con Raúl y Briana—. Sonrió.

—Si mi amor además ya la dejamos ir, y yo la llevare y recogeré—. Mi madre suspira y asiente.

La verdad es que eh esperado está fiesta desde hace cinco meses más o menos, que hasta olvide mi fiesta de cumpleaños, pero para mí esta es suficiente.

Yo nací a media noche es lo que dice mi madre a decir verdad 12:00am. Y es fantástico porque así podré celebrar la fiesta de fin de año escolar y mi fiesta de cumpleaños a la vez.

Me despido de mi madre y mi padre me lleva al instituto.

—Chao papá te quiero—. Le doy un beso y salgo del auto, con un te amo princesa.

Al entrar al Instituto me encuentro con mis dos amigos. —El baile, el baile es lo único que escucho en todo el instituto—. Se queja Bri.

—Y de que más podrían hablar—. Pregunta Raúl ganándose una mirada aniquiladora de Bri.

—No sé qué hoy se acaba el maldito estudio, que ya no habrá trabajos que entregar y que no le veremos las caras a los ogros que tenemos como profesores—. Dice obvia.

—Porque siempre tienen pelear por minimices—. Los agarros a ambos de la mano. —Ustedes no serán compañeros verdad—. Los miro con los ojos achinados.

Briana se suelta de mí y pone cara de asco. —No digas eso ni de chiste Emi, mira que te aprecio mucho y te quiero como una hermana—. Sonrió. —Si ese individuo fuera mi mate lo rechazaría en el mismo instante en que siento su olor—. Señala a Raúl quien pone cara de indignado.

—No sabía que era tan feo y repugnante para ti—. Su cara es de frustración.

—No eres feo Raúl, eres guapo estoy segura que tu alma gemela no te rechazara—. Le sonrió.

—Gracias Emi—. Me abraza.

—Si eres guapo Raúl y todo eso, pero yo no quisiera que fueras mi alma gemela—. Palmea su hombro, Briana puede ser cruel a veces.

—Chicos y como se rechaza a un mate solo le dices no te quiero y ya o cómo va la cosa—. Aunque vivo rodeada de licántropos no se mucho de cómo se rechaza o aceptan.

Los dos se miran y me llevan a una esquina. —Bueno solo dicen su nombre completo sus lugares en la sociedad y dicen te rechazo como mi mate o alma gemela—. Me explica Raúl.

—Si y ya está—. Termina Bri.

—Vaya que fácil—. Les digo, pero por sus caras como que no lo es.

—No es tan fácil Emi, pero tú no tienes que preocuparte no tienes un mate—. Asiento.

—Si lo sé, pero expliquen se bien como es todo si porfis quiero saber—. Los dos asienten y hacen todo el rollo del rechazo, vaya que es algo complicado.

A los minutos vamos a nuestras respectivas aulas de clase solo tenemos una prueba y se acabaron los estudios para nosotros, y bienvenida vacaciones.

Al terminar las clases y que el profesor nos dijera pasen unas lindas vacaciones nos retiramos del salón de clase, en el pasillo me encontré con los chicos. —Chicos que vamos hacer ahora que acabaron las clases—. Les digo mientras saco todos mis libros que tenía en el casillero.

—Creo que ir a casa y esperar la fiesta—. Dice Bri imitando la misma acción que la mía. —Quiero descansar un poco antes de venir al bailongo—. Sonrió y niego.

—Si es lo mejor, ¿quieres que pase por ti Emi? —. Pregunta Raúl, niego.

—Gracias, pero mi papá vendrá a dejarme—. Él asiente.

—Emi sabes que todos vendrán en pareja verdad—. Asiento. —Y tú y yo no tenemos pareja—. Hago una mueca.

—Cierto, pero no creo que nos hace falta, podremos bailar entre nosotros—. Miro a Raúl.

—¡Oh! no chicas conmigo no cuenten yo tengo mi pareja es más tengo que irme nos vemos luego—. Nos da un beso en la mejilla y se va, él ha estado muy raro estos tres últimos días.

—Que le pasa está actuando muy raro no crees—. Bri asiente.

—Tienes razón mi querida Emi, muy raro ya nos enteraremos más tarde—. No sé qué le pasará, pero lo sabremos en la noche.

Caminamos a la salida del instituto. —Nos vemos en la noche a la hora acordada—. Miro a Bri.

—Aja no te vayas a demorar vale—. Nos despedimos.

Mi maleta pesa un montón tendré que tomar el atajo que uso siempre que quiero llegar rápido a casa. Empiezo la marcha ya cuando voy a cierta distancia veo el auto de mi padre estacionado en la vereda, mi ceño se frunce, ¿qué hace mi padre por aquí?, Es muy raro miro hacia la casa y no puedo creer lo que veo.

Mi padre besándose con una mujer que no es mi madre, esto no es posible estoy viendo mal si es eso, pero es la misma ropa que él cargaba puesta, él está engañando a mi madre y no solo eso me a engañado a mí también.

Mis manos se vuelven puños y mi irá crece cuando lo veo abrazarla y devora sus labios así mismo como lo hace con mi madre, como puede hacerle eso a mi madre.

Miro la parte trasera de su auto y agarro el b**e que tiene, no sé por qué carga esto aquí, pero en este momento no importa porque lo carga, lo tomo entre mis manos y golpeó una y otra vez su para brisa, los espejos, las farolas estoy que me lleva el demonio.

—Emily que haces hija—. Escucho su voz a mi espalda, tiro el b**e y lo miro con enojo.

—¿Como pudiste Gabriel?, ¿cómo? —. Las lágrimas empiezan a salir.

—Te lo puedo explicar mi amor....

Levanto la mano para que no siga, no quiero escuchar sus argumentos en este momento.

Giro y empiezo a caminar, para terminar, corriendo, escucho como me llama, pero no quiero saber de él de nadie, al llegar a casa subo a mi habitación le pongo seguro y la silla de mi escritorio.

Me tiro a la cama y lloró desconsolada como puede una persona que ama engañar a su pareja. La puerta es toca, pero no quiero saber de él, después de unos minutos se rinde y se va mientras yo caigo en un sueño profundo.

Me despierto por el sonido de mi teléfono no tiene mucha carga lo conecto y voy al baño me quito mi ropa y me meto a la lluvia artificial, ya duchada salgo y voy por mi vestido que compre para esta ocasión.

El cual consiste en un vestido de dos piezas en color rojo sangre la parte de la blusa está llena de perlas plateadas y roja, la falda es de seda y algo acampanada, me pongo unos tacones negros de unos ocho centímetros, el tacón no es tan delgado ni tan grueso, unos pendientes de perlas con unas mini hojitas en la parte de abajo, en el cabello me hago unas ondas y me lo recojo a la mitad me hago un maquillaje sencillo.

Ya perfumada y lista bajo las gradas, escucho voces en la sala de estar, voy a despedirme de mi madre.

—Wao mi amor estás hermosa mírate pareces una princesa esto merece un retrato—. Dice mi madre entusiasmada saca su celular y toma varias fotografías. 

—Mamá ya para me vas a dejar ciega con ese flash—. Digo con media sonrisa.

—Amor tenemos que hablar por favor—. Pide mi padre me siento en el sillón individual para escucharlo.

—Bien te escucho y espero la verdad de todo—. El asiente y se sienta con mi madre en el sofá.

—Amor yo lo siento tanto, no quería que te enteraras así de esto, quería decírtelo yo—. En su cara se ve tristeza. —Pero estaba esperando el momento indicado para hablar como familia....

Solo escuchar esa palabra estallo en carcajadas.

—Familia no somos una familia papá, es más hasta tengo mis dudas si en verdad lo somos, engañaste a mamá, me engañaste a mí, nos engañaste tú que profesabas amarnos—. Digo a punto de estallar en llanto.

—Emily amor por favor escúchanos—. Miro a mi madre, pero veo que esto no le afecta. —Tu padre y yo hace tiempo que nos dejamos de amar—. Mis ojos se agrandan como platos esto es broma. —Se del amorío de tu padre estábamos esperando para decirte todo, no queríamos que esto se diera así—. Me levanto como resorte.

—Tú lo sabías y aun así seguiste con él, y peor aún me engañaron; me mantuvieron en una m*****a mentira todo este tiempo, dime hace ¿cuánto? —. Les pregunto a punto de romper en llanto.

—Desde hace tres años y medio—. Llevo mis manos a mi boca y niego.

—Tan ingenua soy que he vivido en una mentira—. Mi madre se levanta con intención de abrazarme, pero retrocedo dos pasos hacia atrás. —Cómo pudieron engañarme—. Salgo de esa casa donde he vivido una gran mentira donde he sido engañada.

Paró un taxi que va pasando, me voy a la fiesta, aunque no sé ni qué voy hacer haya, pero aun así voy a divertirme mañana tendré el día para llorar y lamentarme.

Al llegar me encuentro con Briana quien lleva un vestido de dos piezas, el vestido es gris oscuro de mangas largas de encaje, la falda del vestido es plisada y unos tacones negros con un lazo en el tobillo, el cabello lo lleva suelto y maquillaje sencillo, se ve espléndida pongo mi mejor cara y le sonrió.

—A divertirnos Emi esta es nuestra gran noche—. Asiento...

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