CAPÍTULO 6  RELATO DE LISA: ¿EL GRAN DIA?

CAPÍTULO 6 

RELATO DE LISA: ¿EL GRAN DIA?

  Aunque aquel día hubiera deseado que jamás llegará no fuÉ así, el tiempo no se detiene y el día de mí boda llegó, quería salir corriendo, pero era un plan muy difícil de cumplir para no decir que imposible,  tengo que admitir yo me veía hermosa me gustaba aquel largo y tan floreado vestido era perfecto blanco y de un ligero escote, su cola arrastraba,  yo era una princesa de esas de los cuentos de hadas, literalmente ya que tenía que lucir  perfectas, feliz y enamorada del  príncipe.

Mientras esperaba  la hora mire por la ventana, en mí mente pasaron ráfagas de imágenes de mí escapando, muchas de ellas eran chistosas, pero todas un fracaso suspire desde lo más profundo de mi ser mientras cerraba los ojos, luego de unos segundos los abrí de nuevo para verlo a él, ese sí era mi príncipe, ese traje negro y esa mirada  tan refrescante y su suave sonrisa  me hicieron doler aún más mí corazón, me casaría y no era con él.

La hora llegó y yo me encontraba detrás de aquella puerta esperando justo el momento en que está fuera abierta, mí cuerpo temblaba quería correr, pero dentro de aquel lugar Dorian esperaba verme entrar con su sonrisita, está se abrió mirando aquellas personas que apenas había visto di varios pasos entrando en aquel salón y él señor  Hilary quién sostenía mí mano sonrió y comentó con una voz muy ligera.

–No tengas miedo.

Cómo si esa palabra él la conociera a veces me pregunto si aquel señor alguna vez  tuvo miedo de algo, pero fingí que aquellas palabras me hacían sentir mejor y  le sonreí, mientras empezábamos a caminar hacia el altar puse mí mejor sonrisa y endurecí mis ojos evitando llorar a toda costa, cada  paso que daban me acercaban más aquel hombre y pronto estaba justo al frente de quién tomó mi mano, me dio miedo aquél sujeto en realidad se veía imponente y frío, la ceremonia inicio para ir bien hasta que un susurro proveniente de Logan, me hizo estremecer, sentí que era la invitación al infierno al que yo caminaba, el intercambio de anillos y la finalización de la ceremonia fué  darle  inicio a mí peor pesadilla.

Intente disfrutar la fiesta lo mejor que pude reí, aunque no fuera de felicidad, tomé y jamás lo había hecho de aquella forma, pero quería desconectarme del mundo de m****a en el que vivía, lo podía ver viéndome desde su silla y con una copa sus ojos estaban llenos de odio hacía mí eso lo sabía y sus dientes de vez en cuando se auto mordían los labios.

El viaje a la luna de miel  duró más de 3 horas en los que el humo del cigarrillo en su boca , el olor a trago y un silencio fueron los protagonistas entre nosotros, pero no era de extrañarse ninguno de los dos tenía la más mínima  intención de compartir con el otro. 

Al llegar bajé a toda prisa pues sentía que me ahogaba, respire profundo y al fin pude ver el  lugar, todo era tan hermoso tanto que yo quedé impactada, no le di importancia aquel que estaba allí y me quería relajar por lo que camine hacía la casa, cómo era de esperarse él también  me ignoró las siguientes tres horas, lo que me hacía sentir libre, me dispuse a recorrer  el lugar sola y disfrutar de este lugar para serles sincera me sentía cómo una princesa recorriendo su castillo y eso me hacía no quererme quitar aquel vestido tan hermoso que me hacía sentir hermosa, pero nada dura tanto y él me hizo despertar con sus malos gesto.

 –Deberías quitarte ese vestido no eres una princesa, ridícula.

Dijo aquello y la verdad sonreía tan hipócritamente aquel hombre,  pero al momento me sentí idiota no solo logro hacerme sentír así y con mucha vergüenza, lo mire y quise responder sus palabras, pero también note que había bebido mucho así que me trague mis ganas de matarlo, aun así no iba a hacer lo que el quería e ignore sus palabras o fingí hacerlo, mientras caminaba a la nevera por una botella de agua.

No me di cuenta que se había levantado hasta que su mano agarró con fuerza mi brazo, para mí en ese momento fue un regreso al pasado y lo empuje soltandome  de su agarre, mis ojos rojos le hicieron ver mí descontento lo que llevó a que sonriera mientras se inclinaba  

–Subamos, te quitaré personalmente eso.

Dijo agarrando un lado de mi vestido lo mire  nuevamente y negué con una sonrisa.

–No necesito ayuda.

Le dije, pero cómo si hubiera sido poseído, aquel sujeto tomó de mí brazo jalándome de este  mientras que yo me negaba.

–¡Me duele el brazo!.

Le grité repetidas  veces  mientras sin importarle subíamos cada escalón, mí cuerpo temblaba de miedo y empecé a luchar con más fuerza, pero nada valía hasta que llegamos a la  habitación, dónde soltó mi agarre y se paró justo frente a mí, agarré mis manos y apreté fuerte para controlar el temblor de mi cuerpo.

“El sólo es fuerte, cuando te ve  débil”

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