3. Propuesta

El agente cayó perfectamente para apuntarlos con una pistola de uno en uno sin dejar la sorpresa de su rostro al encontrarse con que la famosa banda Cuervo era formada por enanos y un gigante.

—¿Sabe que tenemos timbre el James Bonde?—pregunta James frunciendo el ceño mirando perplejo a sus hermanos, estos lo miran sin entender tampoco para observar como ahora ya tenían acceso al jardín de la casa de los Cuervo des del salón y todo gracias al agente especial.

—¡Me cago en tu p**a madre, es la quinta vez esta tío!—gritó desesperado Iván al ver la puerta en el suelo rota, pues cuando entraba James borracho tampoco controlaba su fuerza y era él quién debía encargarse de ponerla de nuevo.

—¿Quién cojones es este tío?—pregunta Igor con sorna mientras observa a James cargar el cuerpo de Meredith con la finalidad de llevarla a una habitación y finalmente pudiese descansar.

—Madre mía…—susurra John blanqueando los ojos cansado.

—Me llamo Ezra Agron y soy un agente de la ley—hace una pausa intentando recomponer su sorpresa al ver la escena, los temidos criminales no levantaban ni un metro treinta del suelo—Vosotros sois los Cuervo y creo que puedo ofreceros un trato muy tentador—habló finalmente el policía bajando el arma mientras mira de reojo la puerta destrozada—Siento eso, pensaba que el estado de la rehén estaba en peligro—añadió apretando los dientes en un intento de sonreír a los hombres que lo miraban de mala manera.

—Está bien Ezra, escuchamos propuestas—habló John serio mirando a su hermano intentando persuadirlo para que al menos escucharan a ese pintoresco hombre.

Ezra Agron había estado siguiendo a Meredith des de su primera parada en la Universidad, jamás pensó que alguien se adelantaría a él y la capturaría para llevarla, para finalmente volver a ser trasladada por una banda criminal como la de los Cuervo. Él sabía que Meredith no era Malak porqué conocía muy bien a Malak.

—No podemos entregarla, nos la han dado con un estado moribundo, así que si implica que la cedamos a ti vete olvidándote, tendrás que negociar con los Caruso—afirmó el de piel oscura, James, con Meredith en sus brazos des del pasillo de la planta de arriba, siempre había sido muy cotilla.

Ezra no dudó en tragar con fuerza al escuchar ese apellido, era lógico que tuvieran interés en Malak pero Meredith… Meredith comparada con Malak era una mosquita muerta, un daño colateral, el error de un señor de ochenta años con mala vista y mucho odio y rencor por una niña que le estaba robando la carrera… El error de haber dado el chivatazo a gente equivocada, sin escrúpulos, pensó que los Cuervo acabarían haciéndole más daño pero se sorprendió al ver que contrariamente parecían un grupo de deshechos sociales que solo querían sobrevivir a su manera como el resto. Por otro lado estaba la pelirroja del demonio. No pudo evitar sentir un nudo en la garganta al sentir su último recuerdo juntos venir a su mente, había sido tan solo una semana atrás pero el simple hecho de mencionar el nombre de esa bruja incendiaba cada pedazo de su piel.

—Malak.

—Ezra.

El viento azotó ambos rostros con fuerza llevándose la suave melena rojiza de ella y el corto pelo rubio de Ezra en el acto. Se encontraban en el tejado de uno de los edificios más prestigiosos de la ciudad de Nueva York, únicamente alumbrados por la luz parpadeante de las luces neón que señalaban la salida de emergencia.

—Entrégate.

Su voz sonó dura, fría, a pesar de su estado débil y desgastado.

El sonido de una carcajada hizo que Ezra se estremeciera sin poderlo evitar.

—Mirate, querido sabueso, estás malherido y aún así te preocupas por mi…—señaló ella con burla el estado del policía, la herida de bala en el pecho lo había puesto contra las cuerdas, él siguió apretando con su mano la herida de su pecho, con la mano libre cogió su pistola, para apuntarla sin miramientos.

Ella rio de nuevo llevando ambas manos al aire en señal de paz.

—Eres duro de roer, pero yo soy mucho peor, sabueso—susurró ella antes de saltar al borde del precipicio y caer de espaldas. Él corrió como pudo para intentar cogerla en su caída pero no pudo, un helicóptero la estaba esperando en la otra cara del edificio.

—Nos volveremos a ver cariño, estaré desaparecida hasta que se calmen las aguas, debo cuidar de mi precioso culo—escucho sus palabras a regañadientes dando patadas al suelo molesto.

—¡Te odio!—gritó él de mala manera señalando el helicóptero con el dedo acusador.

Ella le lanzó un beso al aire.

El bufido de Igor Cuervo malhumorado hizo que Ezra volviese a la tierra para encontrarse rodeado por los Cuervo al completo: James el gigante, John el cuidador, Igor el cabecilla, Iván el manitas, Daniel el goloso y Justin el olvidadizo, solía haber un Michael el poeta, pero ese dio la vida por la mujer equivocada, la viuda negra.

Malak era perversamente adictiva, seductora, letal, demasiado despiadada. Malak era el tipo de mujer que causaba la perdición de un hombre con el simple bateo de sus pestañas, Meredith era el tipo de mujer del que los hombres suelen rehusar a frecuentar. Solo alguien que no conociese a Malak o odiase mucho a Meredith podía confundirlas.

Maggie Coelho

Ezra y Malak parecen tener historia... Una propuesta interesante.

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