Capítulo 9

—Te conozco hace poco menos de 24 horas, y lo único que has hecho es gruñir, aunque debo admitir que has sido muy atento conmigo —resaltó, no sería correcto menospreciar sus gestos. —Aunque me gustaría conocer a ese tipo agradable del que hablas.

—¿Ah sí? Pues tú lo pediste —dice mientras se levanta, toma de un solo trago la bebida, que al contrario de la mía, su whisky estaba intacto. Extiende su mano hacia a mi, acción que no comprendo, me hace un gesto señalando la pista de baile, dudo un segundo pero decido acceder, ¡qué puede pasar! Vinimos a divertirnos después de todo. 

Nos abrimos paso entre las personas que se encuentran en nuestro camino, cuando llegamos al centro de la pista, nos detenemos. Se acerca un poco más a mi y comenzamos a bailar al ritmo de la música, poco a poco nos vamos acoplando el uno al otro. Su forma de bailar es fluida y natural, tanto así que me dejo llevar por todo el. Su cercanía me atrapa, me hace no querer alejarme, pero a la vez, sentirlo así es abrumador. 

En medio de la pista, Cárter me da una vuelta, mi espalda se pega contra su pecho, es la primera vez que bailamos juntos pero se siente tan agradable. En otras condiciones sentiría su cercanía demasiado excesiva, pero extremadamente no es así. Delicadamente aparta mi cabello, dándole total libertad a mi hombro y cuello, 

—Disculpen —nuestra burbuja se ve interrumpida, una voz que nos grita para hacerse escuchar sobre la música, buscamos el origen de esta, y nos encontramos con dos personas, una despampanante rubia de ojos celestes y apuesto hombre con las mismas características —, lamento molestarlos pero mi hermano y yo, hemos estado observandolos por un rato y nos preguntamos si; ¿les gustaría bailar con nosotros? —Expresa la rubia en un acento italiano un poco forzado. Carter me mira expectante, ¡porque debo decidirlo yo! ¿acaso soy su mamá para darle permiso? Está claro que quiere hacerlo, de lo contrario ya habría rechazado su oferta. 

Me despegó lentamente de su cuerpo, sintiendo inmediatamente el vacío, pero repentinamente el aferra el agarre de sus manos en mi cintura, lo que hace que lo mire sobre mi hombro, tal vez la poca luz del lugar no me permite verlo bien, pero pareció que me miraba suplicante, se acerca a la piel descubierta de mi hombro y depositó un cálido y húmedo beso, para luego dejarme ir. ¿¡qué rayos fue eso!?. Hacemos el cambio de pareja, sin decir nada más.

—¿Cómo te llamas, belleza? —Cuestiona el exotico hombre, con el mismo acento que su hermana. Nos alejamos un poco de nuestros compañeros, desde nuestro sitio puedo ver a Carter bailando con la rubia, de la misma forma que lo hizo conmigo, una extraña sensación de disgusto se instala en mi pecho.

—Emily, ¿y qué hay de ti? —Alejo cualquier reflexión que intente aparecer por mi cabeza, concentró toda la atención en la persona que se encontraba delante de mí y le brindó una cálida sonrisa, él no tenía la culpa de mis pesares. 

—Dmitry, es un placer conocerte —pero que encanto, me extiende su mano con la intención de bailar, correspondiendo su acción tomó su mano y comenzamos a bailar. Debo admitir que sabe moverse muy bien, pero no me siento tan cómoda como lo hice con Carter. 

Muchas canciones y varios tragos después, mi coordinación ya no era tan buena. Pero en este tiempo, pude conocer a este encantador Ruso, al igual que yo, parece ser que está en Italia para concretar algunos negocios. Posee un gran sentido del humor, no he parado de reir gracias a él. De Carter no se nada desde hace rato, nos perdimos entre la multitud, por una parte, mejor porque no me apetecía verlo con Alisa, la chica de antes.

En una de las vueltas que me da Dmitry, alguien colisiona contra mi existencia, provocando que caiga hacia los brazos de este mi compañero de baile. Al atraparme, nuestros cuerpos  se impactan provocando una repentina cercanía, mira mis ojos intensamente, casi en llamas, se acerca poco a poco hacia mi rostro, con la intención de llegar a mis labios. Me dejo hacer porque, ¿qué más da?, después podría culpar al alcohol. Pero nada sucede puesto que cuando estábamos a escasos milímetros, alguien tira de mi muñeca hacia un costado. 

—Emily, es momento de irnos, ya es muy tarde y mañana tenemos cosas importantes que hacer —Carter nos interrumpe, nunca tan oportuno. Porque no me deja en paz y sigue su faena por ahí. Me entrega mi cartera e intenta alejarme de allí. 

Me suelto de un tirón de su agarre, no quería que me tocara, el me mira sorprendido e intenta tomar mi mano nuevamente pero se lo impido con una mirada reprobatoria. Me dirijo hacia Dmitry quien había quedado descolocado en su lugar, sin saber cómo reaccionar. Colocó una mano en su nuca atrayéndolo hacia mí, puesto que el Russo era mucho más alto que yo, y beso castamente sus labios, a lo que él se sorprende, y me sonríe ampliamente. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo