Eran las 7 de la noche cuando llegue a mi casa.
Me avisaron que el lunes dirían los resultados del concurso para tener el puesto. Ezequiel me aseguraba que si lo iba a conseguir, enserio lo quiero.
Al llegar deje mis cosas en la mesa y entre a mi cuarto para quitarme los tacones y ponerme unas pantuflas.
-¿Eres tu Anna?
Reconocí la voz de Sara y salí a verla, tenía el pijama puesta, esta floja, sabía que no se iba a arreglar, es un mameluco morado y su cabello estaba sin desenredar. Kenya y yo teníamos uno igual, solo que los colores eran diferentes, el de Kenya es amarillo y el mío azul cielo.
-¿Enserio no fuiste a trabajar?- nego con la cabeza.
-Mande un correo, es obvio que no me iba a parar.
-Con que no te regañen.
Me acosté en el sillón y ella levantó mis piernas para sentarse y las puso encima de las suyas.
-¿Cómo te fue?- me pregunto.
-Bien- le conteste- Ezequiel volvió a invitarme a salir.
-Deberías salir con él, es muy lindo.
-Demasiado- le dije sonriendo- Pero lo haré hasta que pasé lo del vacante.
-Si no sales con él- me señalo- te lo quito- y movió su cabello- soy bastante linda.
-Vanidosa- le pegue con mi pie- y sobretodo con tu cabello.
-Amo mi cabello rosa, soy fabulosa- empezamos a reír ante ese comentario- ahora que recuerdo, Caleb te llamo hace rato.
-¿Y qué te dijo?
-Soló quería saber cómo estabas y que luego vendría.
-Muy bien, hace tiempo que no lo veo.
-Ya pasaron 16 años desde que lo conociste ¿Puedes creerlo?
-Ya paso mucho- sonreí de lado- también pienso que iré a ver a mi psicóloga.
-¿Por qué?
-Me contacto un jefe, va a estar el martes, se llama Andrew Barnett.
-Tal vez es un homónimo, una vez conocí a un hombre con el nombre de mi padre, creí que era un estafador, pero no, si era un homónimo, no debes preocuparte por eso.
-Pero no es lo mismo, su voz es idéntica; incluso me llamo por mi nombre y nunca se lo mencione.
-Obviamente si es un jefe, debe conocer los nombres de sus colaboradores.
-Aún así iré a verla, necesito despejar mi mente un poco.
-Te acompaño mañana.
Escuchamos las llaves y entro Kenya, parecía molesta porque no dijo nada al entrar, dejó sus cosas en la mesa y fue a la cocina, hizo ruido y después regreso con un vaso de agua.
-¿Por qué esa cara larga?- le pregunte y ella se sentó en el sillón de alado tratando de tranquilizarse.
-Mañana voy a trabajar- me contesto bufando- y todo porque no fuiste- volteo a ver a Sara.
-¿Yo que culpa tengo?
-Porque, como no fuiste hoy, debes ir mañana y como soy tu jefa debo ir a cuidarte.
-¿Pero porque?- dijo enderezándose.
-Si te hubieras parado temprano no estaríamos batallando, Sara.
-Ustedes tienen más condición que yo, siempre termino mal, aunque tome una gota de alcohol.
-Entonces ya evítalo.
-El sábado nos vamos de fiesta, llámale a Mari- dijo Sara alzando los brazos y señalando a Kenya, ella la vio mal- con eso evitamos faltar los sábados, a eso le llamo estrategia.
-Ya cállate que quiero golpearte- le contesto- iré a ponerme el pijama.
-Igual yo.
Me levante y entre a mi cuarto.
Me quité la ropa y empecé a buscar mi mameluco, ya que no lo encontraba, en cuanto lo hice me lo puse. Mi celular sonó de que tenía un mensaje nuevo.
-Lo abrí y decía:
Has cambiado mucho Ann y más en tu cuerpo, eres una delicia. 9:15pm
Me asuste y voltee a ver hacía la ventana, pero estaba cerrada volvió a vibrar mi celular y había una foto mía en ropa interior buscando en mi armario.
¿Cómo carajo paso eso?
Salí del cuarto y vi a Sara.
-Mira esto.
Le di mi celular y ella lo leyó.
-¿Y luego?
-¿Cómo que y luego? ¿Qué no lo leíste?
Le quite el celular y no estaba la foto y tampoco el mensaje perturbador, pero si había otro.
Señorita Anna, espero trabajar con usted cuando vaya a la oficina centrar, me han dicho cosas sobre usted -Andrew Barnett 9:15pm
-Pero- volví a cargar los mensajes, pero no había ningún rastro del mensaje o la foto, incluso en el carrete la busque, pero nada- recibí un mensaje demasiado extraño
-¿Qué decía?
-Era una foto mía en ropa interior mientras buscaba mi pijama.
-¿Y donde está?
-No lo se- me agarre el cabello- enserio debo ir con la doctora.
-Tranquila, vas a ver que todo va a estar bien- me abrazo y me recargue en su hombro- no hay nada relacionado con él.
-Murió ¿Verdad?
-Si, murió enfrente de ti.
Me despedí de ella y regrese a mi cuarto, necesitaba descansar, paso mucho en un día. Me acosté y dejé mi celular en el estante. Vibró y lo tome.
Dulces sueños hermosa. 9:20pm
Apague el celular y me concentre en dormir todo lo que pude.