Capítulo 1:El Malecón.

La Habana, Cuba. Seis años atrás

- Nos vemos mañana Laura. Recuerda que nos vemos en el Coppelia a las siete y media.

- Si, si Andra. No tienes que recordármelo cada cinco minutos.

Le doy un beso en la mejilla a mi mejor amiga. Ella vive en El Vedado, en una hermosa casa de dos pisos yo vivo en la Habana Vieja, en un cuarto de mala muerte. Fue lo único que mis padres pudieron dejarme antes de irse del país. Ellos como muchos otros cubanos salieron por mar buscando un futuro mejor en Los Estados Unidos. Nunca llegaron, el mar se los tragó. Me dejaron sola, sóla con mi madrina, la cual vive en mi mismo solar a unas tres puertas después de la mía.

Es de noche, estoy caminando por la acera escuchando los últimos éxitos de Gente d'Zona y Enrique Iglesias; Bailando. Me pierdo en la letra. Me encanta. Veo a varias personas pasar por mi lado, cómo asustadas. Pero no presto mucha atención.

Sigo caminando mirando el suelo y cantando por lo bajo canciones de One Direction.

Alzo mi vista del asfalto. Veo a alguien tirado en el suelo, cerca de la costa. Corro a su encuentro.

Es un muchacho, es un jóven muy atractivo. Es el hombre más atractivo que jamás haya visto. Tiene los ojos cerrados. Veo un crucifijo bajo su pullover color entero roto con un agujero en la zona del abdomen. Su pullover es negro, pero creo que veo sangre 

-Hola ¿Estás bien?

Lo toco. Toco su rostro. Está inconsciente. Miro a mi alrededor. No hay nadie. Absolutamente nadie a mi alrededor, es extraño, este lugar siempre está lleno de personas. Es de noche, es tarde. Llamo a mi primo Alfredo. Él llega en su Chevrolet del 55 color rojo en pocos minutos. Se baja del auto.

-¿Qué pasa?¿Que es tan urgente que me llamas a las doce de la noche Andra?

Le señalo al jóven detrás de mí. Él lo mira un instante.

-Déjalo ahí Andra. Tú no sabes quién coño es ¿Y si es un delincuente? Déjalo y vamos conmigo para la casa.

-¡No!

Tomo la mano de mi primo antes que volteara y se marchara.

- No podemos dejarlo ahí tirado Alfredo. Es un ser humano. No es correcto, es más. Si me ayudas a llevarlo para mi casa, te ayudo con Laura.

Él me mira un instante en silencio.

-¿Qué? Yo sé que te gusta.

Alfredo se siente reacio con mi pedido pero al final cede. Entre los dos cargamos al chico y lo metemos en el auto.

Vemos varios carros de la policía pasar por nuestro lado cuando nos ponemos en marcha.

Llegamos a mi casa. Lo acuesto en mi diminuta cama. Alfredo me pide un vaso con agua.

-¿Qué piensas hacer con él?

- No...no lo sé. Esperar a que despierte y me diga quién es y el nombre de sus familiares para contactar con ellos.

Alfredo me mira en silencio por un instante.

- Ten cuidado Andra, por favor. Tú no sabes quién coño es ese tipo. Por favor, si pasa algo me llamas. Y recuerda, me debes una salida con Laura. Además, mejor lo llevamos al hospital y ya.

Miro al muchacho. Trago en seco mirando a mi primo.

- Si...si algo te llamo y lo llevamos a un hospital¿De acuerdo?

Él asienta en silencio. Me abraza y se despide de mí.

Me volteo. Él está sobre mi cama. Tiene los ojos cerrados. Está sudando, debe tener fiebre. Lo toco en la frente. Efectivamente, tiene fiebre. Quito su pullover oscuro color entero. 

Mis ojos no estaban preparados para lo que vería. Era el torso más perfecto que jamás haya visto. Era una colección de cuadritos. Su pecho era duro y fuerte, su piel era color canela,su cabello era oscuro,puedo ver el crucifijo de plata y rubíes sobre su pecho. Pero lo más impactante era su herida de bala, no sólo su herida de bala, podía ver una que otra cicatriz vieja. Sangraba mucho la herida, se veía infectado. Rápido busco unos instrumentos de medicina que tomé prestados de mi profe de Morfo para una tarea, los desinfecto con alcohol y caliento agua . Busco la bala. Logro sacarla y coser la herida. Le bajo la fiebre y limpio su cuerpo con un trapo húmedo del agua salada del mar.

Ahora estaba en mejores condiciones. De haberlo dejado tirado hubiera muerto. Un hombre tan guapo es un crimen que muera. 

Parece un ángel. Su rostro es perfecto. No tiene ningún tatuaje visible.

Me acuesto en mi sofá para dormir, mañana tenía un examen muy importante. Poco a poco cierro mis ojos, el sueño puede conmigo.

Siento unos ojos mirándome fijamente,siento una presencia. Abro mis ojos. Puedo ver unos ojos verdes, me miran fijamente.

-¡Ah! Grito asustada.

Salto del sofá y tomo un cuchillo de mi diminuta cocina.

Él está parado frente a mí. Sus manos están delante en señal de tranquila,no pasa nada.

Yo no digo nada.

-Tranquila no te haré daño. Por favor, suelta el cuchillo.

Yo no respondo. Sin darme cuenta él se acerca a mí, toma mi mano y se posiciona a espaldas mías sin soltar el agarre de mi mano izquierda. La mano con el cuchillo ahora está en mi cuello gracias a que él la agarra con su otra mano.

-¡Suéltame!

Le exijo. Puedo sentir su respiración en mi cuello, puedo sentir su aliento.

-Sólo si te estás quieta bonita.

Él hace mayor presión en mi mano y el cuchillo cae la suelo.

Ahora me voltea.

Estoy frente a él. Él está sin camisa, me mira confundido. Mira todo el lugar en silencio. Me mira fijamente.

-¿Quién eres? 

Me pregunta con un marcado acento, no sé de qué país era pero me gustaba.

Trago en seco.

-Mi...mi nombre es Andra, Andra González, con dos z. Soy estudiante de medicina. Te encontré tirado en el suelo cerca de la costa. Estabas inconsciente, te traje y te curé.

Él me mira fijamente por un instante.

Suspira.

Me mira fijamente una vez más.

- Gracias.

Ahora sonríe. Puedo ver su perfecta sonrisa. Ahora luce mucho más atractivo.

-¿Cómo puedo pagarte tu generosidad Andrea?

- Andra, sin e.

- Lo siento, Andra sin e.

Yo sonrío.

- No tienes nada que pagarme, estoy bien, con que estés mejor ya soy feliz.

Él me mira en silencio sonriendo con sus labios cerrados. Se acerca poco a poco. Está a escasos centímetros de mí. Se inclina lentamente, siento su aliento en mis labios.

Me besa. Sé que estoy loca, estoy aceptando el beso de un completo desconocido que acabo de salvar con una herida de bala.

Él se separa de mí. Yo aún tengo mis ojos cerrados.

- Nos vemos Andra, sin e.

Él sale por la puerta de mi cuarto. Yo estoy en el mismo lugar, procesando todo lo que ha pasado. Aún respiro con dificultad.

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-El examen estaba demasiado difícil.

Se queja Laura a mi lado.

-No lo creo Laura, no estaba tan difícil.

- Claro, eso lo dices porque de seguro como siempre estuvistes toda la noche estudiando.

Ahora que Laura mensionaba la palabra noche no puedo dejar de pensar en lo sucedido anoche. No puedo evitar pensar en él, en el beso. En como un simple extraño me hizo sentir.

Mis pensamientos son interrumpidos por una imagen desagradable delante de mí.

Veo a mi actual ex novio con mi ex mejor amiga Sofía. Ellos me engañaron, ambos traicionaron mi confianza. Ahora sólo les importa restregarme su felicidad en mi cara,delante de toda la Universidad. La verdad,ya no me duele, que sean felices.

-Hola Andra.

Alzo mi vista. Estoy sentada dentro de mi aula para tomar las clases de Morfología II. Es Sofía. No me había percatado de lo cerca que estaba de mí.

-Hola.

Ella sonríe.

- Voy a hacer una fiesta en mi casa. Por mi cumpleaños, deberías venir.

- No...no lo sé Sofía. Tengo que estudiar.

-Déjalo Sofía. Ella es sólo una amargada,por eso está sola. Sola y sin esperanzas de que alguien la aguante.

Escucho decir a mi ex a mis espaldas.

Yo sólo cierro mis ojos y me concentro en mi libreta de notas.

Sofía se queda un instante mirándome en silencio y luego toma asiento a su lado. La clase comienza, como siempre yo soy una de las pocas que participa.

En medio de la clase, alguien toca la puerta. El profesor lo deja entrar. Era una estudiante de primero. Traía una tarjeta y un hermoso ramo de rosas rojas. Amo las rosas, por desgracia,nadie nunca me ha regalado rosas. El profesor lee la tarjeta. Frunce el ceño. Levanta la vista al frente.

-Andra sin e González con dos z.

Escucho que dice el profesor. Escucho murmullos, siento los ojos de todos sobre mi.

-¿Alguien aquí con ese nombre?

Dice el profesor una vez más. Yo no puedo hablar.

- Es ella.

Escucho decir a alguien. Me volteo. Sofía me señala, su novio, mi ex me mira con el ceño fruncido en silencio. Miro a mi alrededor, todos me miran.

-¿Eres tú?

Pregunta el profesor,yo asiento con un movimiento de cabeza en silencio.No puedo hablar, el nudo de mi garganta no me lo permite.

- Alguien pregunta por tí.

Vuelvo a escuchar murmullos a mi alrededor. Me levanto de mi asiento lentamente. Siento que todos hacen lo mismo. Salgo del aula.

Abro los ojos como platos. El pasillo entero estaba cubierto por pétalos de rosas, todos los alumnos habían salido de sus aulas igual. Sigo el camino de pétalos. Siento que todos me siguieron. Salgo de mi facultad. Alzo mi vista. 

Ahí estaba él. El muchacho que salvé. Lucía hoy mucho más atractivo. Lucía impecable. Estaba recostado sobre un Mercedes Benz gris. Sus piernas estaban entre cruzadas, sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón de vestir. Me mira fijamente con una sonrisa en sus carnosos labios. Yo no puedo evitar sonreír. Él camina a mi encuentro. Alzo mi mirada una vez más hasta sus ojos verdes.

Todos los alumnos nos observan en silencio.

-Hola Andra.

Yo sonrió.

-¿Tienes hambre?

Me tiende la mano para que la tome. Yo la miro un instante y la tomo sabiendo que mi vida después de este gesto no sería igual nunca más.


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