Capítulo 6

Su piel suave vibraba con el simple roce de mis dedos al tocarla, estaba temblando bajo mi cuerpo, pero nuestros labios no entendían razones, nos besamos con pasión como si la vida se nos fuera en este beso apasionado, no podía detenerme y no quería.

Rodeando su cuerpo con mis brazos la acerque más a mí, podía sentir sus pechos erectos y duros en mi pecho, me sentía como un adolescente coloque mi rodilla entre sus piernas y las abrí un poco, para posesionarme entre ellas, nuestros cuerpos estaban muy calientes sentía su respiración agitada al igual que la mía.

Ella rodeo mi cintura con sus piernas y me acerco más a ella, pero tuvimos que separarnos por falta de aire, ella me miro y yo le correspondí, su hermoso rostro estaba completamente rojo haciéndome saber que ella nunca había tenido este tipo de acercamiento con un hombre.

¿Ani era virgen? Ese pensamiento paso por mi mente y me sentí un completo idiota, aquí estaba yo seduciéndola, a un ángel a una inocente, pero dios es que su cuerpo, su mirada me estaban volviendo loco, no entiendo cómo puedo sentir esto si tan solo tengo poco tiempo de conocerla y además no siento que ella sea mi mate, no hay esas chispas entre nosotros, pero hay algo me siento atraída a ella de una manera, en la cual nunca lo he sentido con nadie más.

La miraba fijamente y ella a mí, pero no decíamos nada, solo se escuchaba nuestra respiración agitada, —lo siento, perdóname nos e lo que me paso, no quiero que pienses que quise aprovecharme de ti, jamás seria esa mi intención, — le dije esperando que ella no tomara a mal lo que acabábamos de hacer.

—No perdóname tu a mí, creo que fue el momento y la adrenalina, que me hicieron reaccionar de esta amanera— dijo ella sonrojada y se veía tan hermosa.

—¿Como te sientes? ¿Quieres levantarte? — le dije tratando de ser caballeroso.

—Si por favor, — dijo ella con su dulce voz.

Le ayude a levantarse y sus piernas no soportaron, casi cae de nuevo al suelo, pero la tome de la cintura y la ayude a sentarse en una piedra, —estas segura que te sientes bien, puede llevarte algún lugar para que te revise un doctor— le dije preocupado mientras le acariciaba su mejilla.

—Ya te dije que estoy bien, no te preocupes, de verdad— me decía ella, pero la veía tan frágil, que no quería apartarme de ella, en ningún momento.

—Sera mejor que me vaya— dijo mientras caminaba y tomaba la ropa en sus manos, se comenzó a vestir y yo me quede parado como un idiota, sin saber que decir.

—¿Podemos verte mañana?

—No lo sé, no creo.

—Estaré aquí, todo el día esperándote, cuando tu puedas venir, aquí estaré.

—Te quedaras aquí, todo el día, no tengo idea de si podre venir y si te dejo plantado y nunca aparezco.

—Entonces vendré al siguiente día y al siguiente día y el siguiente día, hasta que vuelva a verte le —dije muy seguro.

—¿Porque lo haces? Ni siquiera me conoces— dijo ella sorprendida por mi actitud.

Me acerque a ella, di unos pasos mirándola de frente, —precisamente por eso lo hago, porque quiero conocerte, — le dije y pude ver como sus mejillas se sonrojaron y ella se puso nerviosa, se veía tan linda.

—No puedo prometerte nada, Max, pero lo intentare.

—Eso es suficiente para mí y aquí estaré esperándote. —le dije y tome su mano y la acerque a mis labios, besándola suavemente, sin dejar de verla directamente a los ojos.

Me quede mirándola mientras se alejaba de mí y comencé a caminar de regreso a mi manada, no entendía como esa hermosa criatura estaba despertando algo en mí, que pensé que nunca sentiría, me siento atraído a ella de una manera que no puedo explicarme, el solo recordar el sabor de sus labios me hace excitarme y eso es casi imposible, sin que me esté tocando una mujer, simplemente no entiendo que me está pasando.

Pero quiero volver a verla, quiero estar con ella, no sé adónde nos lleve esto, pero quiero descubrirlo.

Estoy subiendo las escaleras rumbo a mi cuarto y al llegar solo me tiro sobre mi cama, cierro mis ojos y toco mis labios con mis dedos acariciándoles, recordando la manera en la que Max me beso, ese fue mi primer beso es fue tan apasionado, me gusto tanto, me hizo sentir tantas cosas, sus caricias, no puedo evitar sonrojarme solo de pensar que pudo hacerme suya y yo no me hubiera quejado para nada, pero él se detuvo.

¡Estúpida que estás pensando! Te dejaste llevar por un desconocido, me deje besar y casi pierdo mi virginidad con él, en que estaba pensando, no debo volver a verlo, esto es una locura debo tener más cuidado, ¡pero porque no puedo dejar de pensar en el!

Al siguiente día no fui a correr al bosque como lo hago siempre, no quería verlo tan solo pensar en él, mis piernas temblaban y no podía darme el lujo de perder la cabeza por un desconocido es lo último que necesito ahora.

Estaba en el entrenamiento en combate con Renata, cuando me distraje por un segundo y me dio un golpe en el abdomen tirándome al suelo, —Es en serio, que te dejaste golpear, que demonios te pasa, estas muy distraída el día de hoy— me dijo Renata furiosa.

—Lo siento, no em siento muy bien— le dije y era la verdad, entre los problemas con mis padres y lo que pasó ayer con Max, estaba hecha un lio.

—Hannia, sé que tus padres de mandaran al Coven y no sabes cuánto lo siento, pero deberías verlo como parte de tu entrenamiento, — le dijo tratando de convencerme.

—Renata, no trates de convencerme, parece que todos están de acuerdo con mis padres, acaso nadie quiere que yo esté aquí, si el preguntas a mi prima Alexia, sé que es la primera en ponerme en un avión, pero y los demás.

—Sabes que te queremos y eso nunca cambiara, solo piensa las cosas y como dice tu madre, hay que adaptarse y seguir el camino adecuado, no sabes que puede traerte el destino, tú eres una persona muy especial Hannia, solo piénsalo y déjate llevar.

—Piénsalo y déjate llevar, pero no es tan fácil.

—A veces las cosas más difíciles, tienen una solución muy sencilla, es cuestión de ver el problema desde otro ángulo.

Al escuchar a Renata, no pude evitar el pensar en Max, quizá el aún me esté esperando y no pienso ir a verlo o por lo menos lo estoy intentando, porque la verdad es que me muero por verlo de nuevo, ¡mierda! Estoy hecha un desastre desde ayer.

—Ya veo que hoy no eres tú, así que mejor demos pro terminada la sesión y porque no te vas a descansar o hacer lo que normalmente haces para relajarte ok, nos vemos mañana.

—Ok, gracias— le dije mientras caminaba, pero recordé algo y me gire para gritarle.

—¡Renata! A todo esto, ¿dónde está Alexia, no la he visto?

—Tu tío fue a un viaje que le ordene tu padre y se llevó a tu prima, quería pasar tiempo con ella.

—Hasta en eso, me gano, incluso su padre quiere pasar más tiempo con ella, pero los míos solo están esperando que cumpla mis 16 para darme una patada en el trasero.

—¡Hannia!

—Lo siento, ya me voy — dije mientras giraba mis ojos, en señal de rebeldía.

Me fui a mi cuarto y pasaron las horas, trate de leer un poco, escuchar música incluso ver una película tratando de no pensar en Max, mire mi reloj y eran las 7pm, al mirar por la ventana aun no oscurecía.

Me levante de la cama y tire mis audífonos, ya no podía seguir escuchando música, está muy ansiosa, tome mi celular y mire la pantalla, respire profundo y no pude más, me puse una playera un poco larga de color negra y unos leggins, baje las escaleras con cuidado, para que nadie me viera y camine al bosque, lo más rápido posible.

Estoy segura de que el ya no estará en el lago, son casi las 8pm y ya está oscuro, cuando llegue al lago no vi a nadie, camine hacia la orilla y suspire, — ¡Que tonta eres, claro que nos e iba a quedar esperándote ¡. — dije en voy alta, baje la mirada y estaba por darme la vuelta cuando sentí como alguien me tomaba de la cintura y me acercaba a él.

En ese momento fue cuando lo vi, era él me había estado esperando pero porque.

—Sigues aquí, pero porque, no entiendo. — le dije sorprendida mirándole.

—Yo tampoco lo entiendo, solo sé que no puedo dejar de pensar en ti, desde que te conocí y cuando nos besamos, sentí algo que jamás había sentido con nadie y solo tú me haces esto.

—Max, ni siquiera me conoces, ¡Diablos!, no sabemos nada de la vida de cada uno, como puedes decir eso.

—Porque es lo que siento, algo dentro de mí me dice que esto está bien, es como si fuera el destino, nos encontramos en el momento justo, sin saberlo y no creo que tu no sientas esta misma atracción que yo siento por ti— me dijo mirándome y no pude evitar ponerme nerviosa ante sus palabras.

Trate de desviar la mirada, de no mostrar ninguna señal de debilidad ante él, pero fue inútil, Max se acercó más a mi sin soltarme de la cintura y me dijo—Dime que sientes lo mismo que yo.

—¿Y qué es lo que sientes? Le pregunte nerviosa por escuchar su respuesta.

—Cuando te vi por primera vez, en esa cascada quede cautivado por tu belleza, tus ojos esa mirada que tienes me fascina, el simple hecho de rozar tu piel me hace sentir cosas que nunca imagine y ayer que mis labios tocaron los tuyos, supe que estaba perdido, me gustas Ani, me gustas mucho, sé que soy un exiliado y acabamos de conocernos, pero siento como si te conociera de toda la vida.

No podía creer lo que me estaba diciendo, yo sentía lo mismo, —Yo también, siento algo, no sé cómo expresártelo, pero sé que nunca he sentido esto por nadie y me siento algo asustada— le dije y el levanto mi barbilla para mírame de frente.

—Te prometo que no te lastimare, vamos a conocernos e intentarlo, me podrías dar una oportunidad sé que soy un exiliado, pero si no te importa eso de mí, estarías dispuesta a intentarlo juntos.

Me dijo y realmente lo estaba haciendo, estaba pensando en darle una oportunidad, él es un exiliado no tiene manada, no es como que eso me importe, pero realmente estoy dispuesta a darle una oportunidad a un desconocido.

Y pensándolo bien, quizá no tengo nada que perder, en mi manada nadie lo conoce, lo intentaríamos y si funciona, puedo hablar con mi padre y podría unirse a nosotros, porque no y si no funciona, qué más da dentro de una semana ya ni siquiera estaré aquí.

—Entonces? Estas muy pensativa, de repente te quedaste ida, como si estuvieras en otro lugar— me dijo Max, mientras aún estaba en sus brazos.

—Está bien.

—Lo dices en serio.

—Si.

Pude ver como se dibujó una enorme sonrisa en el rostro de Max y no puede evitar sonreír también, el me abrazo y me hizo sentir tantas cosas con ese roce de nuestros cuerpos, me sentía tan segura en sus brazos, peor no entendía del porque este sentimiento, todo era muy confuso.

Max se acercó a mí y comenzó a acariciar mi mejilla despacio, admirando mi rostro, —eres tan hermosa, — me dijo y sentí como mi respiración se agitaba cuándo vi que se estaba acercando a mí.

Su frente topo con la mía, pude percibir que estaba agitado quiz aun nervioso, como yo lo estaba, levanto su mirada y la fijo en mí, — puedo besarte, no sabes las ganas que tengo de hacerlo— me dijo y sin pensarlo más asenté con la cabeza y solo eso basto, para que sus labios rozaran los míos.

Mis ojos se cerraron, esperando el roce de tus labios carnosos con los míos, cuando su aliento a menta se apodero de mí, comenzó a besarme despacio, saboreando mi boca sus manos estaban en mi cintura y me acerco a él, sus brazos me estaban abrazando y sentía que esto no era real.

Su mano se colocó detrás de mi cabeza y el intensifico el beso, nuestros cuerpos estaban agitados, mis manos se posicionaros en su cabello, y él me acerco más a él, podía sentir su erección, lo cual me sorprendió y me puso más nerviosa.

Nunca había estado de esta manera con nadie y él me estaba consumiendo con solo un beso, pero en un segundo él fue bajando el ritmo y su labios encontraron mi cuello, estaba muy cerca de mi oído y me dijo casi sin aliento.

—No quiero ir demasiado rápido, no quiero asustarte, por la manera en que te siento nerviosa y te tiemblan las piernas, quiero pensar que es la primera vez que estas así con un chico. —me dijo mirándome.

— Si, yo mmmmm, nunca he hecho esto con nadie, soy mmmmm, ¡Mierda! Como para unas cosas son muy atrevida, pero para decirle a un hombre maduro que soy virgen, me siento como una gallina y solo em falta cacaraquear.

—Ani ¿eres virgen aun? — me dijo y pude ver una expresión de sorpresa en su rostro, seguido por una pequeña sonrisa y fue en ese momento que la antigua Hannia salió a la luz.

—Si te vas a burlar de mí, déjame aclararte una cosa, en primera no soy una zorra, como mi prima, no ando detrás de los hombres ofreciéndome y mucho menos besando a cualquier, me gusta darme a respetar y nunca había hecho esto, sí que si te vas a burlar me voy— le dije e intento soltarme de su agarre y el solo, me acaricio la mejilla y me dijo mirándome a los ojos.

—Jamás me burlaría de ti, al contrario, no puedo creer lo afortunado que soy de haberte encontrado y no pienso obligarte hacer nada que tu no quieras, iremos a tu paso y haremos solo lo que tu estés dispuesta hacer conmigo, no tengo ninguna prisa, por ti esperaría toda una vida.

—Ani, ¿cuántos años tienes?

—15 año en una semana cumpliré los 16.

—¿y tú?

—wow, tengo 21, eres una hermosura mi pequeña— me dijo mientras me acariciaba mi cabello.

Sin pensarlo mire mi reloj y ya era muy tarde, —Max es tardísimo, tengo que irme, si se dan cuenta de que me fui, estaré en problemas con mis padres y ni se diga el estúpido de mi hermano.

—Está bien, déjame acompañarte está muy oscuro y no quiero que te pase nada.

—No, estaré bien, no te preocupes, no es conveniente que nos vean juntos, aun no, por favor, ¿tienes celular? — y el acento con la cabeza— dame tu número y en cuanto llegue te aviso, te parece.

—Está bien, solo porque no quiero meterte en problemas, pero en cuanto llegues Ani, por favor

—Te lo prometo— le dije y Max me tomo en sus brazos de nuevo y me beso, esos labios se estaban convirtiendo en una droga, eran tan ricos y deliciosos, que no quería separarme de ellos, pero tenía que hacerlo, si mis padres se daban cuenta que me había salido en medio de la noche, estaría en mucho problemas.

Max se separó de mí y me dijo—te veré pronto, verdad.

—Si, te lo prometo, ahora déjame ir.

Pasaron 15 minutos y por fin estaba en mi cuarto, saque mi celular, busque su número y comencé a escribirle.

Ani: ya estoy sana y salva, no te preocupes por mí.

Max: eso me da tranquilidad.

Ani: que descanses.

Max: ¿tú también hermosa, nos vemos mañana?

Me escribió Max y por unos segundos dude en contestarle, pero yo también lo deseaba, quería volver a verlo así que no dude en hacérselo saber.

Ani: si Max, nos vemos mañana en el lago, que descanses hasta mañana.

Max: contare las horas para verte de nuevo, hasta mañana bonita.

Y fue así, como todo comenzó, si hubiera sabido quien era Max realmente, jamás le hubiera dado esa oportunidad, jamás me hubiera enamorado de él y jamás me hubiera desilusionado como lo hizo.

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