La veo morderse los labios, pero luego intenta pararse, no cariño, ni lo intentes, vas a ser mía, ahora.
La tomo del brazo y la jalo hasta el sillón, me subo a su cuerpo quedando sentado a la altura de sus caderas, ella intenta moverse, pero no se lo permito.
- Si me haces algo, yo te haré algo peor.
-Tu puedes hacerme lo que desees.
- Jason, déjame ir.
- No. Te atreves a tocar a otro hombre delante de mis ojos y eso no lo permitiré.
- No somos nada, déjame ir.
- Tu serás lo que yo quiera que seas.
- No tienes derecho...
- El derecho me lo da tu cuerpo. Mira cómo reaccionas ante mi.
Comienzo a pasar mi mano por sus pechos, los que se endurecen a mi tacto.
- Sabes que eres mía. - Susurro cerca de su oído.
- No soy de nadie. - Hablas entre dientes por culpa del deseo, no por rabia.
- Déjame probar.
Me acerco a su cuello y chupo, recorro ese cuello adorable con mi lengua y ella jadea.
- Con tu boca puedes mentirme cuánto quieras, pero tú cuerpo siempre me dirá la verdad.
- Jason... - Mi