Capítulo 41. Retos laborales
Joseph sintió que su corazón se saltó un latido, apretó los puños y su ceño fruncido solo le causa gracia a su hermano menor que ríe batiendo palmas.
—Ahora estás muy molesto ¿cierto? Corriste a comprarte una esposa y resulta que el amor de tu vida estaba disponible.
—No solo te irás de mi oficina —Joseph acentuó el “mi oficina” con eso hería más a su hermano—. Te irás del edificio, no trabajarás más aquí.
—No puedes botarme del grupo empresarial —Alfredo se sentó muy cómodo en la silla frente a Joseph—, aunque me hayas quitado la presidencia que me dejó nuestro abuelo sigo siendo heredero.
—Y te voy a poner a dirigir un proyecto. Irás a París, allá tengo un terreno y mi intención era convertirlo en una posada, pero es lo suficientemente extenso y de fácil acceso para que sea terreno de siembra.
Alfredo se echó a reír.
—Quieres que me vuelva un campesino.
—Es el trabajo que te toca hacer para el grupo empresarial Rinaldi —Alfredo siguió riendo y se levantó, iba a salir de allí sin nin