Despierto con un fuerte dolor de cabeza. Cuando abro mis ojos, me doy cuenta de que estoy en mi habitación, pero la pregunta es: ¿cómo llegué aquí?
- ¡Joder, qué dolor de cabeza!
- Es lo mínimo que te mereces - la voz de Bastian me sobresalta. Cuando levanto la vista, lo veo parado en la puerta, cruzado de brazos y con la cara tensa. Está muy enojado.
- No estoy para un regaño de papá.
- ¡ERES UNA IRRESPONSABLE! - Joder, ya estalló. - Ayer te trajo la señorita Irina tirada de la borrachera, ni podías mantenerte en pie. Me diste vergüenza, Abril. - Ok, eso dolió, pero me haré la fuerte.
- Pues fíjate que no me importa si te avergüenzo. Al fin y al cabo, tú no eres nada mío.
- Ya veo por qué tu padre no pudo contigo.
- No vayas por ahí, que tú no sabes nada - digo ya enojada porque odio que se metan en ese tema.
- ¿Qué pasa, Abril? ¿Acaso no te gusta que te diga que tu papá se cansó de una hija mimada y berrinchuda? - Sin que se lo espere, le doy una fuerte cachetada, dejándolo algo sorp