2. El trato

Después de la vergüenza que pase con ese chico, espero que no vuelva a pasar nada más, a veces soy muy distraída, pero no es apropósito, en mi defensa diré que él ni siquiera se quejó de que chocará con él, bueno, aunque ni tiempo tuvo.

En fin, para mi buena suerte me lo he topado en la caja, yo tratando de evitarlo a toda costa pero no fue posible, y él, al verme, me sonríe coqueto, ¿qué le pasa?, y claro yo solo puedo sonreírle apenada, si se preguntan el porqué de mi embelesamiento, pues un chico alto, cabello chino, piel morena, ojos azul intenso y bueno sus facciones no son nada feas, pero sus ojos con esas pestañas tan largas...uff...justo en el cora, y la verdad es que su sonrisa es muy bonita, no son características para pasar desapercibido.

Como dato extra, su outfit también era de esos que te podían calentar en tres segundos, tipo motociclista rudo, Jeans negros, camisa blanca, tenis negros y una chamarra de piel, honestamente el amigo no tenía mal cuerpo, no puedo decirles con certeza si va al gym o ama los brownies como yo, y creo que no lo sabremos amigos.

Pues bien, después de hacer el mandado y pasar una segunda vergüenza en la caja, he dejado todo en casa y me he ido rápido a la agencia para dejar el auto en servicio mientras preparo la comida, he tenido suerte en que me lo reciben rápido, creí que tardaría más y he pedido que me lleven a casa.

Me lleva un señor algo mayor y el camino es bastante incómodo ya que el trata de hacerme platica y yo no sé ni cómo seguirle el rollo, mi cabeza está pensando en que tengo que conseguir un trabajo y terminar con los mandados de hoy, me siento intrigada por el paquete del aeropuerto, no sé, mis pensamientos me bombardean y el señor quiere platicar.

- ¿Y usted es de aquí señorita? - pregunta el señor de la agencia tratando de romper el silencio de camino a casa.

- Eh, si - digo no sabiendo como continuar, aunque seguramente me dirá algo como que no parece de aquí, típico.

- Ah muy bien, no parece usted de aquí - yo solo puedo hacer una risita de "si claro" - ¿Y usted qué opina de que se le dé celulares a los más pequeños? - vale el señor tiene ganas de platicar y yo no puedo ser más corta rollos.

- Ah sí, me lo han dicho ates - digo respondiendo a su primer comentario — Ehh, pues no sé, la sociedad está cambiando, aunque no lo veo como algo positivo del todo, pero pues cada familia tendrá que saber cómo manejarlo.

- Eso sí, tiene usted razón, en mis tiempos esas cosas ni por la cabeza nos pasaban, yo jugaba mucho con los vecinos, siempre estábamos en la calle jugando y ahora ya no se ve a los niños jugar. - dice con tristeza

- Si... - digo pensando que añadir - pues bueno la inseguridad que existe en la actualidad también es un factor importante - digo haciéndole ver que sus tiempos están más obsoletos desde hace tiempo atrás, para mi buena suerte estamos a dos cuadras de mi casa y se lo hago saber - en la siguiente cuadra va a girar a la derecha.

- Tiene razón señorita, ya no es como antes - dice con pesar y gira en la cuadra que le he dicho, y como no quiero que sepa cuál es mi casa, espero a que pase tres casas más y le digo que aquí es.

Al final el señor me desea un buen día y le deseo lo mismo. Cuando ya se ha alejado lo suficiente comienzo a caminar hacia mi casa.

No me lo tomen a mal, pero estos tiempos no están para decirle a cualquiera donde vives, y como mujeres es un poco más complejo de lo que parece, la seguridad propia, ante todo.

Son las once del día, ¡qué tarde se me ha hecho! Decido poner música mientras cocino, he preparado el arroz y comienzo a hacer el mole, decidí hacerlo con pollo, es más rápido que con la carne de cerdo.

Bien, si piensan que la comida es lo único que hago, deben saber que me toca lavar la ropa de todos. Tenemos una señora que nos ayuda tres días a la semana, pero solo a barrer, trapear, y bueno, limpieza en general de la casa, aunque esos días ella prepara la comida y lava la ropa, pero cuando yo cocino también tengo que hacer toda la limpieza de mínimo la planta baja, ya saben dónde está el recibidor.

A la 1:30 me han llamado que el carro está listo, por lo que he pedido un Uber, en veinte minutos sale mi hermano y tengo que ir por él, lo más seguro es que llegue tarde, no me ha dado ni tiempo de bañarme, pero bueno ya será más al rato.

Recojo el auto y justamente parto cinco minutos antes de que salga Fran, no me había dado cuenta de lo cerca que estaba la agencia de la casa hasta este preciso momento. Son veinte minutos de camino de la agencia al colegio, las maestras me ahorcan seguro, esas mujeres siempre parece que les haces un favor, que amargadas, les falta que les den unos besos bonitos.

Al llegar al colegio me doy cuenta que solo queda Fran y otro chico que al parecer también llegan tarde por él, y cuando me bajo veo un auto estacionarse también detrás de mí, seguro vienen por el chico, sin más me bajo para ir por Fran, mi sorpresa es cuando escucho que me llaman y no es de la escuela.

-¡Vaya coincidencia! - he reconocido esa voz, es la del chico con el que tropecé en el super, ¿es enserio? Debería ignorarlo, así parecerá que no se a quien le habla, ¡Ja! A quien engaño, al final me doy la vuelta y lo veo, con esa simpática sonrisa coqueta, no puedo más que sonreír, que débil soy - soy Damián, por cierto - dice acercándose a mí y tendiéndome una mano en forma de saludo, la cual estrecho - No creí tropezar nuevamente contigo tan pronto - dice coqueto y yo me río nerviosa.

- Si, bueno, pues prácticamente esto no ha sido un tropiezo, así que no cuenta, pero si quieres te empujó para que lo sea - digo bromista, ¡En la madre! ¿Pero que he dicho?, en este momento solo quiero que me trague la tierra. Él se ha reído de mi mal chiste, punto para mí, al menos ya se su nombre.

- ¿Sarcástica eh?, me gusta - dice muy seguro y seguramente yo parezca un tomate en este momento, - y ¿vienes por tu...? - dice refiriéndose a la escuela

- Hermano - digo rápidamente - ¿tú? - preguntó curiosa, venga que el amigo no se ve tan mayor, quizás unos veintisiete, pero ya podría haber tenido alguno.

- Sobrino - dice sonriente - vamos por ellos - dice comenzando a caminar y yo no me había ni dado cuenta que seguíamos en el mismo lugar, digo era obvio, pero que fácil caigo. - No me has dicho tu nombre - dice mirándome interrumpiendo mis pensamientos, estamos llegando a la entrada del colegio, así que haré uso de mis tácticas de conquista y pondré al universo a que haga de las suyas, ya saben para ver si este chico debe de entrar en mi vida o no.

- No lo sé, la vergüenza de la mañana aún no se me pasa, así que lo dejaré a disposición del universo y si tenemos un tercer "tropiezo" por casualidad, entonces quizás te diga mi nombre - digo lo más tranquila y segura que puedo.

- Es un trato - dice tendiéndome la mano y en ese momento mi hermano se acerca a mí, pues ya estamos en la entrada

- ¿Por qué tardaste tanto? - pregunta mi hermano mirando a Damián extrañado por lo que lo ignoro y le contestó a Damián estirando mi mano para tomar la suya, wow algo se siente aquí y no es electricidad.

- Es un trato - digo sonriendo - Vámonos Fran - digo mirándolo - Hasta luego Damián - digo girando para caminar con mi hermano hacia el auto.

- ¿Quién era ese? - ¡Ja! Cuando sale el Fran protector y celoso me enternece, digo, es un niño de diez años, - Nícola, te estoy hablando- dice molesto mientras yo lo miro tierna - no me mires así, no soy un niño pequeño - no puedo más que reírme y negar con la cabeza.

- No es nadie, un chico al que conocí hoy - digo en cogiendo e de hombros, aunque el me mira incrédulo sin creerme nada - ¡Es enserio enano! - digo divertida - choque hoy con él en el super y ahora me lo encontré aquí, ha sido muy vergonzoso - confieso

- ¡Ay Niki! ¿Qué vamos a hacer contigo? - dice con una decepción fingida pero divertido y yo me carcajeo.

Este niño me encanta, claro, tenía que ser mi hermano. Nos montamos en el auto y cantamos a todo pulmón de regreso a casa. Ya le he dicho que no irá con su amigo hasta que termine los deberes y tome un baño.

De camino pasamos a comprar unas tortillas y luego nos vamos a la casa, solo comeremos él y yo pues Helen llegara muy tarde y mis padres no llegarán hasta la noche.

Realmente la tarde pasa tranquila en lo que caliento la comida mi hermano comienza a hacer su tarea. Helen me ha llamado para decirme que Mau la traerá a casa, así que un pendiente menos para mí.

Mi hermano termina pronto su tarea y luego se va a su cuarto para bañarse y cambiarse, ya que ha sido la condición de mi mamá, yo, sin duda haré lo mismo, huelo a fritura y tengo que ir al aeropuerto, después de lo de hoy me prometí arreglarme más, vale minimo tengo que intentarlo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo