Capítulo236
Mariana escuchó la voz de Selene y giró inmediatamente la cabeza hacia la dirección de la puerta. Al ver a Selene, sus ojos se llenaron de lágrimas de inmediato.

—Selene, has venido, qué bueno que estás aquí— dijo Mariana.

Mariana no esperaba que Selene viniera. Después de todo, este era el lugar donde ella solía vivir con su madre, y su madre ocupaba el lugar de señora Soto, dejando de lado el amor paterno que pertenecía a Selene.

Mariana sabía que Selene no la odiaba, pero no esperaba que viniera aquí.

A veces, las personas lloran de repente, y eso puede ser el punto en el que atraviesan la armadura erigida y tocan el lugar más suave del corazón. Y ahora Mariana estaba conteniendo las lágrimas.

Ordenar las pertenencias de los padres es extremadamente cruel para cada hijo. Porque cada objeto representa el pasado de los padres, y recordarlos todos es lo más doloroso.

Después, Mariana se repitió una frase de un poema una y otra vez.

—Resiste tres inviernos y cuatro veranos, soporta este
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