Bufé, poniendo los ojos en blanco.
Ahora no estaba diciendo lo que quería escuchar y eso me sacó un pequeño gruñido.
—Es claro que tú tienes la culpa. Pero Chloe es así, resentida y muy terca. Con solo decirte que una vez no le habló a un chico por tres meses solo porque le dijo que su cabello no le gustaba.
Owen volvió a reír armoniosamente y me ignoró por completo. Estaba dándome la información inadecuada, y era hora de que lo parara antes de que me revelara otro secreto atroz, como que había golpeado a un chico con un bate de béisbol por romperle una uña.