Cuando James y Tom estaban a punto de escapar por una ventana, fueron atrapados por la policía. Los llevaron de vuelta a la sala de interrogatorios, justo donde los esperaban Margaret y los demás.
Los oficiales expusieron lo que esos dos estaban tratando, lo cual les daba más razones para inculparlos y encerrarlos en una celda.
— ¿Qué estás haciendo, James? — exclamó Margaret —. Sólo estás empeorando las cosas ¿Lo sabes?
— Tenía que hacer algo, Margaret. No podía simplemente sentarme aquí y no hacer nada. Lamento habernos metido en este lío, pero tenemos que encontrar una manera de ayudarte a ti y al bebé.
Ella se quedó sin palabras y no pudo decir más, porque con la misma se llevaron a James y a Tom para alguna especie de selva.
Luego de aquel inquietante episodio, Margaret se sentó nerviosa en la comisaría, su mente se aceleraba con pensamientos de lo que sucedería a continuación.
Ella había pedido hablar con un juez y demandar a Alexander, pero las autoridades insistieron en la p