30. Una sentencia
Cuando se encontraron Leslie y Duncan la tarde siguiente ella se mostró complacida, — Hola hermoso, te estaba esperando con ansias, siento que tenemos días sin hablar.
El un poco incómodo respondió con una sonrisa fingida, — Si, es verdad, he estado muy ocupado en el trabajo.
— No te preocupes, lo importante es que ya estamos juntos — , ella melosa lo abrazó y hasta intentó besar su cuello de manera erótica para invitarlo su plan era seducir y tenderle una trampa, él se sintió incómodo, como si algo andará mal.
— Mejor es que nos sentemos — , intentó cortarla con amabilidad.
— Claro, debes estar cansado, te entiendo — , dijo para disimular el hecho de que había notado que con el pasar de los días perdía el poder sobre él, debía actuar rápido y ser implacable si su meta era llegar lejos con él, — quería que habláramos un poco de nuestros planes.
— Está bien — , dijo sin mucho ánimo.
— Vi algunos salones donde podemos celebrar el matrimonio y un apartamento para iniciar nuestra vid