Fernanda ya estaba lista para llevar a su hijo a la escuela, cuando Max la llamó al estudio. Aún no habían resuelto sus diferencias, porque él se habia vuelto distante, preocupado.
- ¿ Qué pasa? llevaré tarde a max.
Había un hombre alto y atlético, de pie junto a Max, cuando entró, hablaba discretamente con él.
- Él es Damián, a partir de hoy estará contigo, irá a dónde tu vayas, te llevará al trabajo, te acompañará por max, está capacitado para protegerte.
- ¿Ahora necesitas mantenerme vigilada?.
Hizo una seña al hombre y él salió de la habitación.
Fernanda estaba muy enfadada.
-¡ No tienes ningún derecho a hacerme esto! - gritó.
- Por supuesto que lo tengo, - dijo tratando de mantener la calma - eres mi esposa, y prometí que te protegería, en verdad necesito que hagas esto.
Ella vió preocupación en su mirada, algo que no había visto en mucho tiempo, hizo que su enfado disminuyera.
- Te llevará en un auto, así que por favor, sigue sus instrucciones. - le dijo seriamente, ella lo vi