"¡Tú!" —Leticia alzó la mano, furiosa, a punto de golpearla.
Silvia retrocedió un paso—. Te aconsejo que te detengas. La vez pasada fui magnánima y dejé pasar lo que hiciste sin llamar a la policía. Si te atreves a tocarme, ajustaremos cuentas por todo, lo nuevo y lo viejo.
Leticia finalmente bajó la mano—. ¡Nosotros, los Ferrero, no te damos la bienvenida!
¡BAM!
La puerta se cerró con violencia. Silvia la miró de reojo y se marchó.
Fue directamente a reemplazar su tarjeta y compró un nuevo teléfono.
Al abrir el foro, descubrió el enorme problema que había causado aquella llamada. La mayoría de los estudiantes de la Facultad de Psicología trataban a Fabiola como si fuera una celebridad; incluso estaban planeando hacer una pancarta para darle la bienvenida.
Intentó llamar nuevamente al asistente de Fabiola, pero recibió la misma respuesta: no hay tiempo disponible.
Incluso todos aquellos artículos académicos habían desaparecido como piedras en el mar, sin respuesta alguna.
Después de pe