Vivian respondió con naturalidad: —Eso es porque te extraño tanto.
Daniel sonrió levemente. —Vivi tiene razón.
Silvia no pudo contener la risa, brillante como fuegos artificiales.
Muchos invitados miraban a Daniel con emoción. Aunque la fiesta de los Ferrero contaba con personalidades destacadas, los verdaderos pesos pesados eran escasos. Normalmente era imposible conseguir que alguien como el señor Caballero asistiera.
Estas personas no solían tener acceso al círculo de Daniel, pero se morían por infiltrarse en las fiestas de los poderosos precisamente para conocer a gente como él.
Carlos jamás lo habría imaginado. Había enviado invitaciones a todas las personalidades importantes por pura costumbre, sin esperar que realmente asistiera.
Al ver a Daniel y Silvia riendo juntos, sus ojos se enrojecieron, reflejando una frialdad aterradora.
Fátima notó su mirada y comentó con aire de ligera aflicción: —La señorita Somoza claramente tiene más confianza con el señor Caballero. Cuando me acer