Silvia se quedó paralizada en el lugar, mirando hacia Sofía.
—¿Fuiste tú? —Silvia miró a Sofía con incredulidad. Aunque no quería creerlo, no tenía más remedio que hacerlo.
Sofía la miró con ira.
—Realmente tienes habilidades. Eric apenas te conoce desde hace unos días y ya puede arriesgarse a llegar tarde a su defensa para ir a rescatarte. Realmente te subestimé.
Silvia se rió con sarcasmo:
—Parece que realmente confié en la persona equivocada. Cuando supe que te había pasado algo, ni siquiera lo pensé antes de ir a buscarte. Sofía, ¿todo esto solo porque él me dijo unas cuantas palabras más?
Sofía se rió con sarcasmo:
—¿Unas cuantas palabras? ¿Eso fueron unas cuantas palabras? Sabías perfectamente que me gusta él, y aun así discutiste con él delante de mí. ¿Sabes cuánto te odio?
—Cuando discutí con él solo hablamos de cosas de la tesis, no dijimos nada más —Silvia frunció el ceño ligeramente.
—¿Quién te va a creer? Estaban hablando y riéndose, y me mentiste diciendo que solo hablaron