—¡Sisi!
—Hola, señorita Somoza.
Antes de que pudiera reaccionar, Vivian ya la había empujado al asiento del copiloto de Daniel, mientras ella se subía al auto de Martín.
El auto avanzaba por la carretera provincial. El auto de Martín inmediatamente se adelantó, y Vivian bajó la ventanilla agitando la mano hacia Silvia:
—¡Silvia! ¡No queremos ser estorbo!
Lucía también gritó:
—¡Recién me enteré de esto! ¡No me dijiste nada! ¡No te voy a perdonar!
Silvia no sabía si reír o llorar. Lucía ya le había enviado docenas de mensajes de protesta.
"Silvia, ¡olvidaste a tus amigas por un hombre!"
"¡Estás con el señor Caballero y no me dijiste! ¡Estás acabada!"
"¡Soy Escorpio! ¡Soy muy rencorosa, me voy a acordar toda la vida!"
"La vez pasada no me dijiste que te lastimaste, ahora tampoco me dices, ¡voy a cortar contigo por un día!"
...
Llegando a un puente elevado, la brisa marina fresca y con un toque frío sopló, acompañada de un aroma salado.
Con los ojos muy abiertos, Silvia finalmente vio la v