Capítulo 115
Media hora antes, Silvia había intentado ir a la cocina para preparar pasta, pero el dolor en la pierna era insoportable, así que llamó a Lucía.

Silvia le contó todo lo ocurrido durante la competencia: cómo Leticia le había arrojado el agua caliente y cómo Carlos había llegado a la enfermería para cuestionarla.

Lucía se indignó al escuchar todo:

— ¡Esa gentuza! ¡Leticia, nunca me cayó bien! Cuando aún eras su cuñada, te trataba como a una sirvienta. ¡Ya te has divorciado de ese cretino y todavía quiere hacerte daño! ¡Es malvada hasta la médula!

— Supongo que quería aprovechar la competencia para demostrar que era mejor que yo, pero no debió robar las preguntas. Eso ya es un delito.

Lucía exclamó furiosa:

— ¡Es que le falta un tornillo! ¡Siempre pensando en cómo dañar a los demás! ¡Todo por culpa de ese miserable y su madre que la han consentido tanto! ¡Nunca debiste cuidarla como lo hiciste!

Silvia rápidamente le sirvió un vaso de agua:

— Fue mi culpa, mi culpa.

— ¿Qué culpa vas a tene
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