Lyra
Mientras esperaba a que vinieran a buscarme, sentí de nuevo aquella opresión en el pecho y pensé en Landon. Llevaba algunas semanas experimentando esta sensación día y noche y me preguntaba con mucho dolor si él ya había rehecho su vida, pero trataba de ignorarlo para no perder mi avance.
Las semanas avanzaban lentamente, aunque Thane y la doctora Ivanova se empeñaran en decirme que pasaban a toda prisa. Mis pequeños ya tenían un mes de vida y apenas podía pensar en otra cosa que no fueran ellos. Aun así, la limitación para poder verlos me parecía insoportable; era el culpable de que el tiempo me pareciera eterno cuando no estaba a su lado. Dos visitas de una hora no me parecían suficientes para darles todo el amor que quería darles. Si ellos me necesitaban, yo lo hacía aún más. Su calor y sus pequeñas sonrisas eran mis mayores tesoros, y algo en lo que no dejaba de pensar cuando volvía a mis citas con la doctora Ivanova.
—Son absolutamente hermosos —dije sonriendo cuando me