Recuperación.
Con satisfacción, Valery dejó el paño sobre la encimera y se dio por servida. Había pasado todo el día limpiando y organizando la casa de sus padres, tras la salida de su madre del hospital.
En el afán y la preocupación de su enfermedad, su padre no había podido mantener el espacio del todo limpio, pero con tan solo unas horas, Valery volvió a dejar todo en su lugar.
La casa de los Johns, contrario a la residencia Davis, era un hogar promedio, donde había comodidad, pero no lujos. Para Valery, la definición justa de lo que era un hogar y se sentía en paz al saber que su madre por fin estaba recibiendo la ayuda que necesitaba.
Parecía mentira lo mucho que puede hacer la medicina correcta y cómo el dinero era capaz de comprar hasta la salud en cierto punto.
—¿Todavía no te has sentado? —preguntó Elizabeth acercándose a ella despacio.
A pesar de haber estado en cuidados intensivos hacía poco, ya ella caminaba despacio por la casa, sintiéndose mejor.
—Pero, ¿qué estás haciendo de pie? —le