POV: William.
Mi corazón se detiene en ese instante. Sus palabras tan definitivas me ahogan y quiero gritar de arrepentimiento.
—¿Qué quieres decir? —pregunto, entre tartamudeos y jadeos, con la respiración a medias ante la expectativa.
—Yo no quiero decir nada, William —declara, a la vez que quita mis manos de sus muslos—. ¿De verdad esperabas llegar y que todo siguiera igual?
—No...no...no digas eso. Pero yo...yo te quiero, Ashley. Déjame, por favor, explicarte todo —insisto, porque necesito aclarar todo y terminar con los secretos y las mentiras de una vez.
Su expresión se vuelve furiosa, dolorosa.
—No me digas que me quieres, ahora, cuando te costó cuatro días para hacer al menos una llamada —reclama y yo no puedo hacer más que aguantar callado.
Tantos inconvenientes que tuve, parecerán justificaciones