Lilian
— Fue increíble todo señor Echeverría, me quede con mucha información valiosa — Ámbar habla con mi papá supongo que de trabajo.
— ¿Vamos querida? — la empujo.
— Lil hija — mi papá me regaña y lo miro mal.
— ¿Qué? Es mi amiga y deja de tratarme como si tuviera 12 años — abro los ojos y lo regaño.
Sacude la mano y se va seguramente ofendido, pero tiene que entender que casi tengo 24 años no puede ponerse así.
— Lil sos muy agresiva con tu papá, él es amable y...
— Y es tu jefe, deja de chuparle las medias, porque también es mi jefe, pero no me va a mandar, además hay otras cosas de que hablar — salimos para buscar mi auto.
— Si, es verdad, pensé que dijiste que no te gustaban los ejecutivos o empresarios — ruedo los ojos mientras subo al auto.
— Es que a este lo conocí antes, así que puedo hacer una excepción. — suspiro.
— Te tiene bien desquiciada — la miro con una sonrisa pícara.
— Ambi a este no me lo quita nadie, juro porque