Danniel
— ¡Negármelo! — me mira decidida, enojada y con una actitud avasallante. Lilian es una mujer muy avasallante.
No puedo evitarlo y mis ojos van a sus labios luego a sus ojos.
¡Danniel, está mal!
— ¿Tenes miedo? — su mirada se alterna entre mis labios y mis ojos.
Esto está muy mal.
Me alejo y la miro serio, desentendido, claramente no admitiré la verdad de lo hechos, acá soy el adulto mayor responsable y ella no va a hacerme un jueguito mental.
— No tengo idea de lo que hablas Lilian— me sonrío tratando de verme casual.
Evitándola al parecer no voy a conseguir muchos, no queda más que hacer mi trabajo. Camino a la puerta y ella me mira ofendida o eso es lo que parece.
— Termina de leer los correos que te mande, yo en 20 minutos termino unas cosas y te llamo para que trabajemos en unos proyectos ¿Dale? — pestañea desencajada y aprieta los labios, dándome una inmensas ganas de que con esa boca me haga tantas cosas.
— Veinte minutos — susurra saliendo y se gira dos veces