Lucas
Conduzco lentamente hasta la casa de mi hermana y noto la emoción en los ojos de mi acompañante cuando salimos de la ciudad. Esta es la parte que más me gusta de ella. Llevarla a cualquier lugar y observarla es como si estuvieras mostrándole algo nuevo. Me pregunto qué tipo de vida tuvo hasta ahora e intento no sonreír mientras acariciando su mano.
—¿Estás nerviosa? — niega — no tienes que estarlo, Lulu es muy buena, aunque le cueste adaptarse.
—No sé si debo preguntar, pero… — me mira — ¿Ella sabe de mí?, de nuestro, ya sabes…
—Si lo sabe — respondo mientras disfruto del dulce aroma que aún desprende — y no tienes que preocuparte con nada, lo prometo.
Ella sonríe, detengo el auto al pie de la montaña después de entrar en el terreno de la montaña y la sonrisa en el rostro de Beatriz desaparece. Tomo su mano y el resto de las bolsas que lleva. Le doy un rápido beso en los labios antes de comenzar a emprender el camino colina arriba en dirección a la única casa alrededor.
Después