El tiempo que estuvieron separados también había sido muy difícil para él.
El recuerdo de esa época sigue siendo una cicatriz indeleble para el resto de su vida, y todavía lo inquieta de vez en cuando.
Tal vez lo pasó peor que yo.
Tenía a James a su lado y un amigo en quien apoyarse, pero él estaba completamente solo. Sentado frente a una multitud de personas, no habría podido expresar sus sentimientos abiertamente a nadie.
Debe haber cargado un corazón pesado y solitario sobre sus hombros y haber esperado a que sanara por sí solo.
Los ojos de Avery se oscurecieron mientras sentía lástima por él. Le acarició la espalda, que aún estaba expuesta al viento frío.
—¿A dónde voy a ir? Esta es mi casa, y aquí es donde está mi esposo—Avery levantó la cara de su pecho y lo miró. Ella lo miró a los ojos con una sonrisa amable—No me voy a ir a ninguna parte. No te preocupes, estaré a tu lado.
Su amable sonrisa disipó lentamente la inquietud en su rostro. Avery lo abrazó con fuerza y dijo ju