—Puedo asegurarles a sus Majestades que la cuidaríamos y la atenderíamos. Mi papá apoyó a mi mamá, sonando sincero.
Pero eso no impidió que los tres miembros más jóvenes de la familia real lloriquearan.
—No puede ir con ellos. —Dijo el Príncipe Ronald.
—Katie pertenece aquí conmigo —agrego el Príncipe King.
—No pueden llevársela con ustedes. —La Princesa Elora siseó, sin dejar lugar a discusión.
Todos dijeron esas palabras simultáneamente, bombardeando a mis padres con rechazos que deben doler más que el rechazo de una pareja destinada por la mismísima diosa luna.
—Awn, queridos. —Mi mamá fingió una sonrisa—. Su hermana estará bien, y siempre pueden visitarla.
—Ella será la próxima Luna de la Manada Piel Negra, así que tiene que mudarse a la manada. Es el orden natural —intervino mi papá.
Vi los labios de Katie separarse, y aunque no sabía lo que estaba a punto de decir, estaba seguro de que estaba de acuerdo conmigo cuando le anuncié a mi familia que no era su decisión.
—Pero, Davien